Temari nunca se había puesto a pensar en sus inseguridades como ser humano, pero es que estaba repleta de ellas, y se dio cuenta de esto cuando empezó a fijarse en chicos, uno destacaba entre todos, Shikamaru Nara, ese vago, bebé llorón y muy inteligente chico la volvia loca, el sólo echo de pensar en que diría la mataba por dentro.
Aunque todos ya sabemos que a el ex alumno de Asuma sensei no le importaba en absoluto el físico de las chicas, ya lo había dejado bastante claro cada vez que Ino sacaba ese tema.
El kazekage había dado unos días libres a su hermana mayor, ella se había esforzado el doble que los demás en todas las misiones que se le a sido asignada y hasta había renunciado a sus vacaciones de verano, el le debia esto.
Temari al enterarse de su semana libre reprochó un poco, pero es que si estaba muy cansada, tal vez está semana pueda distraerse y relajarse un poco.
Llegó a la conclusión de que no pasaría sus vacaciones en Sunagakure, pensó en visitar Konoha, hace como un mes que no sabía nada de haya, ni de Shikamaru.
Así que ahora ella está parada frente de la puerta de su habitación en unas aguas termales en Konoha, entró a su cuarto dejando su maleta de lado y tirándose al tifón de dos plazas, recordando cuando entro a la aldea, camino por las calles, encontrándose a Shikamaru hablando con una chica como de su edad, compartían risas a lo grande con Ino y Chõuji, la chica era morena, flaca, estatura normal, buenos atributos, con ojos que enamorarian a cualquiera.
Dejo escapar un largo suspiro abrumador, mientras se paraba del colchón para poder mirarse en el espejo de cuerpo entero, se paró de perfil y observó si estaba gorda, sabía que estaba mal, pero es que no se sentia lo suficiente para un chico como el.
Shikamaru y Temari habían empezado una linda relación como hace 2 meses, pero todo el segundo mes ni se cruzaron, es feo tener una relación con un chico de otra aldea.
Ella tenía miedo, tal vez se cansó de ella en este mes y la cambio por aquella bonita chica morena, sólo de pensarlo le da ganas de arrancarle la cabeza a esa Barbie tostada.
No fue hasta que sintió como alguien tocaba su puerta que no dejó de crear miles de esanarios en donde Shikamaru la engañaba con esa tipa.
Rápidamente se acercó a la entrada y giro el pestillo, era Shikamaru.
-Te vi cruzar por el centro hoy ¿porque no me dijiste que venías?- pregunto mirándola y con una caja de galletas en las manos.
-Estabas algo ocupado- se separó un poco de la puerta para que el pudiese entrar y luego la cerró.
-Hmm- fruncio su ceño -Te traje galletas, de tus favoritas- le extendió el paquete -La vi mientras venía para acá y tenía que comprarte una-
Temari sonrió tontamente, tomó el paquete de galletas y se puso a pensar ¿Cómo pude dudar de el? pero luego recordó No dudo de el, soy yo...
-Ah! y esa chica, es la prima de Chõuji, son muy diferentes, lo sé.- explicó el pelinegro mientras se rascaba la nuca -No tienes que estar celosa de esas chicas, no son mi tipo-
-Yo no estaba celosa!- dijo firme mientras sacaba una galleta.
-Que problemática- sonrió mirando como la rubia quería esconder su sonrojo, se acercó un poco a ella y le quito su paquete de galletas dejándolas en la pequeña mesita a su lado.
-Oye! mis galle...- el Nara la corralo contra la pared detrás suya.
-Solo me gustas tú- le susurró al oído.
La ojiverde estaba hecha un tomate, recién se había percatado de que a Shikamaru le daba exactamente igual su físico.
-Tienes que estar cansada por tu viaje...- se separó de Temari -Te dejaré dejaré descansar- camino hacia la puerta.
-Shikamaru- el se paró en seco -No hablamos como hace 1 mes, yo... Yo te nececito!-
No sabían como habían llegado a esto, pero estaban recostados en el tifon matrimonial, Shikamaru abrazaba a Temari y ella estaba acurrucada en su pecho, dormía plácidamente, al parecer el chico no se equivocó cuando le dijo a la rubia que estaria cansada, el acariciaba lentamente su espalda y en cuestión de minutos cayó en un profundo sueño, porque cuando un Nara duerme nada los despierta.
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