1. En la cima

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Elsa subió el último escalón sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros. Ella y solo ella era la responsable de decirles a todos lo que sentía, pensaba y haría.

Se acercó al borde y miró al mar de gente que se extendía bajo sus pies, perdiéndose en la lejanía. Y su cuerpo empezó a temblar, agitado por las miradas de los millones de seres allí congregados.

No sin un gran esfuerzo, y tras varios segundos reuniendo valor, rompió su silencio y comenzó a hablar:

-¡Hola mundo! He subido aquí para hablar sobre el nuevo camino que voy a tomar.

El murmullo reinante se fue acallando y el silencio se generalizó cargando el ambiente de tensión. Y Elsa, esforzándose por superar sus miedos, continuó hablando:

-Cuando la crisis se convirtió en recesión nuestra vida era maravillosa si la comparamos con lo que hoy nos queda.

Miles de ojos se levantaron expectantes, centrándose en las palabras de Elsa, que ya había reunido todo el valor necesario para seguir sin titubeos:

-Nuestra sociedad ha perdido su esencia, y su alma ha sido vendida al peor postor. Hemos perdido nuestra cultura, hemos perdido nuestra salud, hemos perdido nuestra justicia y estamos perdiendo a nuestros abuelos.

Tras un breve silencio, y mirando fijamente hacia la multitud, continuó:

-Nos han robado tierras, nos han robado casas, nos han robado bienes e incluso han intentado robarnos la felicidad. Ahora las grandes empresas son las dueñas de todo lo que consideraron valioso.

Elsa hizo una pausa larga, reflexionando sobre sus palabras, intentando darles la mayor amplitud y simplicidad posibles, resumiéndolo todo en una frase:

-Nuestra vida ya no pertenece al antiguo primer mundo.

La muchedumbre silenciada ante estas palabras, permaneció petrificada unos instantes antes de estallar en protestas y chistes que fueron diluyéndose hasta que volvió a reinar el silencio:

-Y yo, una persona más, una entre todos los miembros de todos los consejos, asambleas y tribus del mundo, tengo que reconocer el gran trabajo que han realizado para que los odiemos. Nosotros detestamos a esos ricos que explotan el mundo, no, no nos gusta su ley ni su orden. Detestamos ese dinero, no pertenecemos a su sistema y no reconocemos la nueva forma que le quieren dar al planeta, condenando nuestro futuro y el suyo propio.

Elsa pudo sentir como la gran mayoría asentía embelesada, deseando seguir escuchando su mensaje:

-Y ellos, no satisfechos con todo lo que han logrado, han decidido aislarse de todos nosotros para construirse un mundo a su medida. Han levantado las ciudades de los ladrones sobre las raíces arrasadas de la tierra. Y para conseguirlo nos han quitado y llevado allí todo aquello que consideraron les pertenecía.

Con éstas últimas palabras el mar de gente embraveció estallando en un griterío confuso, primero dirigido hacia Elsa, después entre ellos y finalmente empezaron las peleas entre los diferentes grupos allí presentes. Pero Elsa continuó sin levantar el tono y sin esperar a que se recobrara el silencio:

-Y yo apruebo esa decisión. Porque en el fondo no puedo evitar odiar su dinero y odiar su mundo. No los quiero para nada. Y al igual que otros muchos antes yo, me desharé de todo ese odio.

Los personas que aún querían escuchar a Elsa fueron pasando hacia adelante, sorteando las peleas y los gritos, estrujándose entre la muchedumbre para juntarse en torno a ella.

-Porque ya no volveré a deberles nada, ni volveré a comprarme una casa o a pagar para viajar. Dejaré de financiar la educación que discrimina a mi hija, dejaré de sufragar los gastos de la sanidad que mató a mi hijo y dejaré de pagar la justicia que mantiene a su padre en la cárcel. Ya no volveré a pagar esos impuestos, ni a pagar por el agua, ni por la comida o por la luz. Regalaré los pocos billetes que me quedan y fundiré el resto de mis monedas en un brazalete que me recuerde mi decisión.

-Y a partir de ahora comeré lo que mis manos críen sobre la tierra y recogeré el agua que me regale el cielo. Yo misma enseñaré a a mi hija lo que quiera aprender y sabré cuidar bien de su salud. Y nunca más volveré a gastar la energía del sistema porque generaré solamente la que necesite.

-Por primera vez el mundo es pobre y así la pobreza ha dominado el mundo. Una vez más somos iguales y todas amamos lo mismo.

-Y respecto al sistema, voy a traicionar su odio, me olvidaré de pelear para aplaudir a esa minoría que nos lo ha quitado todo, porque ha conseguido que encuentre mi mayor tesoro, han conseguido que encuentre mi humanidad y con ella mi esencia.


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