Tuviste Que Ser Tú

Capítulo 4:

Los brazos de Evan envuelven con cariño la cintura de Crystal y sus labios se unen con delicadeza. Me aclaro la garganta cerrando mis ojos con fuerza temerosa de ver sus reacciones, y cuando me decido a abrir los ojos, Crystal abraza a Evan y le da un beso en la mejilla antes de desaparecer por la calle contraría a la que utilizo yo para llegar. Me saluda con la mano y me deja a solas con Evan, el cual ríe tan arrogante como siempre y peina su cabello con sus manos. Se está riendo de la situación y a mí no me hace ninguna gracia, me subo a su moto esperando acabar con esta tortura de paseo cuanto antes pero; por lo visto, él no está dispuesto a dejar que eso ocurra.

-Sube a la moto y llévame a casa- espeto rodando los ojos mientras él ríe.

¿Por qué le hace gracia? Sube a la moto y toma mis manos entre las suyas para abrazar su cuerpo con ellas. Me negaría a hacerlo si eso no significara poner en peligro mi vida. Y con todos mis pensamientos enredados en mi cabeza llegamos a la señal que anuncia la distancia que nos separa de mi casa. Bajo de su moto y comienzo a caminar completamente ajena a sus movimientos.

Evan camina detrás de mí a paso rápido, toma mi muñeca como parece ya costumbre para él.

-Lo de esta noche sigue en pie, Dulce. Ven conmigo- suplica sin eliminar esa sonrisa de su rostro.

- Crystal es tu novia, ¿verdad?

Su expresión facial cambia, aunque trata de evitarlo evidentemente.

-Eso no es tan importante, solo vamos a ver una película y a cenar. Vamos, no digas que no- Su voz suena dulce y sincera, sin mencionar que el tono de ésta ha bajado bastante y parece casi susurrando.

Por alguna razón decido creerle y asiento ante la propuesta de cena y película, pero me libero de su agarre y camino sola hacia mi casa, necesito tiempo para pensar. Es decir, es evidente que Evan quiere tener algo conmigo pero si hay algo más evidente aún es que Crystal está enamorada de él. Yo no soy esa clase de persona, eso está claro, nunca me atrevería a salir con alguien que tiene pareja, y además. YO TENGO PAREJA.

Por alguna razón desconocida me olvido de Izan cada vez que recuerdo a Evan, y realmente no me gusta, llevamos cuatro años juntos y ningún creído de pacotilla nos va a quitar eso. Tan solo iré con él, veremos la tortura de película que quiera que veamos, me comeré esa pizza con fingido pesar y regresaré a casa. Ni siquiera me arreglaré para él, una sudadera y unos pantalones de chándal, nada de maquillaje y el pelo en un moño mal hecho. Decidido, un problema menos, ahora lo que me falta es resolver qué le pasa a mi hermano.

Desde que llegó ayer por la tarde de su entrenamiento no ha abierto su boca, ha estado todo el tiempo absorto en paredes y puntos fijos, sin escuchar ni responder. Abel nunca se ha comportado así por lo que supongo que algo grave ha puesto su vida patas arriba. Y pensando en ello, Izan también está algo raro, no lo he visto desde ayer y eso es suficiente para saltar mis alarmas, siempre viene a casa después del entrenamiento o del instituto y ayer no se presentó ni dejó un mensaje de excusa. O es una casualidad que ambos se comporten extraño, o se traen algo entre manos y sinceramente, no estoy lista para adivinarlo, no todavía. ¿Demasiado? No he mencionado que la semana que viene tengo examen de matemáticas y no paso de una multiplicación por mi cuenta, quiero decir ¿a quién se le dan bien las matemáticas? A nadie ¿verdad? No soy yo, es que es una asignatura complicada y... Levanto brevemente mi vista y observo la puerta de mi casa frente a mis ojos. Lo que me dice que llevo andando sola cinco kilómetros y ni me he dado cuenta debido a que estaba absorta en las películas mentales que me monto de vez en cuando. Tampoco me culpéis, soy humana y le doy vueltas a las cosas, a veces demasiadas. Soy curiosa y tengo demasiadas cosas que descubrir antes de comenzar a estudiar para los exámenes finales aunque probablemente eso sea mi menor problema cuando reciba las notas de éstos.

Unas cuantas canciones después, me he dado una ducha relajante y me entretengo viendo Friends en el sofá de mi casa, cojo el teléfono dispuesta a mandarle un mensaje a Izan y sorprendentemente encuentro un mensaje suyo

"No podré ir a tu casa esta noche, lo siento bebé. Nos vemos mañana, supongo"

¿Bebé? ¿Qué coño? Izan nunca me ha llamado así, y es la primera vez que no acaba un mensaje con su típico "Te quiero", llamadme loca u obsesa pero a mi novio le pasa algo y no dudaré en adivinar qué es. Y de nuevo, enfrascada en mis propios pensamientos ignoro la realidad, y cuando me doy cuenta de lo que está pasando, Abel está gritándome con cara de pocos amigos que hay alguien esperándome.

Salgo de mi trance y asiento, guardo mi móvil en el bolsillo trasero de mis vaqueros y recoloco el moño sobre mi cabeza, sonrío a mi hermano y camino hacia la puerta de casa encontrándome a Evan sonriendo sentado en su moto, lleva puesta una camiseta lisa como siempre, solo que esta vez es negra y combina a la perfección con su chaqueta de cuero y sus pantalones vaqueros.

-Vaya- sonríe extendiéndome el casco gris de su moto.

Encojo mis hombros y lo miro directamente tratando de descubrir que significa ese vaya, a la vez que trato de alcanzar el casco y subirme detrás de él en la moto. Evan gira su rostro hacia mi y sonríe, unos segundos antes de susurrar – Nunca imaginé que una sudadera de una universidad, unos vaqueros y un moño mal hecho podía resultar tan sexy, no deberías haber elegido este conjunto, cariño.

Segundos después, sin darme margen de tiempo a pensar en sus recientes palabras, arranca su moto y me agarro con fuerza a su cintura, sonrío apoyando mi mejilla contra su espalda y disfruto de los quince minutos de viaje que me quedan por delante. Por alguna razón, presiento que esta noche va a ser interesante siempre y cuando siga el ritmo de sus últimas palabras.

Sé que es corto, pero es mejor dejar la acción compactada en un solo capítulo ¿verdad?