18 | Lunes anormal

155 9 2
                                    

— ¿estás lista para el primer día de clases?

— Alon, solo es un día más − recargue mi cabeza en el asiento

— Sí lo sé pero es el último semestre − se encogió de hombros

— basta, no quiero hablar más de eso. Sabes a lo que me refiero − quejé

— ¿crees que tu mamá te obligue?

— hablaré con ella pronto ¿de acuerdo? Algo se me ocurrirá − dije sin ánimos

— ¿por qué no le dices la verdad?

— Alon, tu mejor que nadie sabe perfectamente que me dirá que no. Mamá y yo hicimos un trato, romperlo ahora podría traer consecuencias. − suspiré

— ¿qué hay de Alan?

— ¿Él qué? − lo miré extraña

— ¿le contaste? ¿le has contado de esto alguna vez?

— No − miré los faros que alumbraban nuestro camino — recuerdo que alguna vez le mencioné que quería estudiar en el extranjero pero no más, él no sabe de esto. − me encogí

— ¿te quedarías por él? − clavó su mirada azul en mi durante un semáforo

— me quedaría por todos. − dije triste y bajo.

Alon, La banda, la familia de cada uno, Karen, Alan, Alan...

— ¿Sabes? Pienso que deberíamos de buscar alternativas. Podríamos buscar una universidad que ofrezca lo mismo o incluso mejor, podríamos convencer a tu mamá

— ¿en verdad piensas eso?

— claro, debe de haber algo. No te decepciones, recuerda que para todo hay solución − sonrió y le correspondí

Llegamos a la entrada de la escuela, acompañados de los primeros rayos de sol al amanecer.

— ¿por qué no te adelantas y te formas para los horarios? En lo que estaciono el auto

— está bien pero comprame un café antes porque aún tengo sueño

— ¿en serio?

— Alonso, volví a casa a la 1, me desperté 4 y media para que termianaras pasando 6 de la mañana exacto. − lo fulmine

— está bien, está bien. No nos quedaremos tan tarde cuando toquen clases − burló — aunque querías seguir jugando

— hicimos una apuesta, no dejaría que ganaras. Además ahora que recuerdo, gané mi desayuno − sonreí

— está bien, te lo compraré pero ya ve a formarte porque veo mucha gente − observamos la calle y estaba repleta de gente, aunque varias personas sin el uniforme

— quizá nuevo ingreso, Karen entró a mitad de año

— ¿no deberían de llevar el uniforme? − quejó

— me da igual, espero que esta vez el director no me agarre de guía de turistas − reímos

Bajé del auto permitiendo que Alonso avanzara hasta el estacionamiento.

Mientras buscaba la credencial de la escuela una voz llamó mi atención

— Hola − dijo la chica que no llevaba uniforme muy feliz

— hola − intenté ser amable

— ¿tu eres Diana? − me miró

— Sí...− la miré fijo — ¿y tu eres?

I won't let you go » ALAN NAVARRO « 2da TEMPORADA | #CD9AWARDS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora