Capítulo 6

26 3 0
                                    

No puedo dejar de pensar por qué me molesta tanto que Adam no esté de acuerdo con lo que quiero hacer, o más bien, lo que siento que debo hacer, pero no me importa. Sólo por esta vez no lo escucharé y haré lo que crea correcto, aunque al pensarlo se cree en mi pecho una sensación punzante que no augura nada bueno. Es similar a ese aviso que da tu estómago antes de pasar de estar medianamente bien, a dar el último shot y terminar vomitando.

Trato de distraerme con cualquier otra cosa en el trabajo, mientras escucho a mis colegas hacer de todo menos lo que tendrían que hacer, como siempre. 

Se me ocurre comenzar mi búsqueda googleando para dar con alguna informacón sobre Jared, pero hasta ahora no logro conseguir nada. Recuerdo que él era fotógrafo, la verdad es que no sé si seguirá por esos caminos. Tengo flashes en mi cabeza de él  tomándome fotos a donde sea que fuera. Eran sus favoritas las que podía captarme totalmente tranquila, cosa rara en mí. Siempre me decía que era "demasiado fotogénica para este mundo" y que por eso no había momento en el que me quedara quieta para un buen flash. 

Es raro, pero en el momento en el que huí no traje conmigo ni siquiera algún recuerdo  juntos, así que ahora no logro recordar perfectamente sus facciones. Sé que si lo viera lo reconocería al instante, pero no es el caso. 

Entrando aún más en internet, leo un título que llama mi atención.

  — Concurso internacional de fotog— Un compañero me interrumpe. 

— Sabrina, tienes una llamada para ti.

— ¿Qué? ¿Quién es?.
— Es un hombre. Pregunté su nombre pero no quiso dármelo. Parece que tiene algo importante que decirte.

  Mi mente queda en blanco. ¿Será que mis más profundos sueños fueron escuchados, y que quien esta detrás del teléfono será quien quiero que sea?. Dudo unos segundos  si atender el llamado.

  — Maldita sea, no tengo tiempo de pensar. — Mientras trato de tomar un cigarrillo con la mano derecha, doy torpemente vueltas en la silla de oficina, haciendo esfuerzos sobrehumanos para alcanzarlo sin que se me caiga el teléfono o que vuele por los aires. Mi supervisor ve lo que estoy a punto de hacer y lo saca de entre mis dedos. Maldigo lo suficientemente fuerte para que me escuche él pero no los demás. Entonces visualizo una moneda, la tomo como si mi vida dependiera de ello.

  — Bien, si es cara hablaré, si es cruz simplemente le sacaré el chip y lo tiraré por el inodoro.—  Arrojo por el aire ese pequeño círculo de metal que a simple vista parece tan insignificante, pero que en este momento me ayudará a tomar una gran decisión. Luego de girar un par de veces, la moneda se detiene y tengo que ver el resultado. Cierro los ojos y deseo que sea quien sueño que sea.

  — Cara. — Tomo el celular y respondo sin titubear.— ¿Si?— Tiembla mi voz. — ¿En qué puedo ayudarlo?.

— Qué formal. — Contesta una voz ronca que reconozco al instante. 
— ¿Ciro?— Exhalo. A fin de cuentas, no podía pedir tanto.

— Wow, no tienes que saludarme con tanto entusiasmo.

Una parte de mí quería que fuera mi chico de pelo azul el que esté al teléfono, pero otra parte se sigue preguntando si está bien guardar esta chispa de esperanza. Me pregunto todo el tiempo si ya no es inútil creer que como por arte de magia, todo se arreglará

— No importa. ¿Qué quieres?
— ¿Por qué me tratas así?

— ¿Cómo que por qué?. ¿No recuerdas lo mal que terminó nuestro último encuentro?.

  — Mmm... la verdad es que no.

— Mentiroso.

—Ni siquiera recuerdo que nos hayamos encontrado. Hace años que no nos vemos en realidad.

— Oh, ya veo. Bueno, hagamos como que nada pasó entonces.

— Perfecto. Es justo lo que pensé.
—Colgaré y nunca habremos tenido esta conversación.

— ¡Espera!— Dice exaltado.— Ehm.— Vuelve a su estado normal. Puedo imaginarlo detrás de la línea acomodándose la corbata.  —Quería saber si te gustaría salir hoy por la noche.

Esta invitación me toma por sorpresa. Realmente debería pensar en qué respuesta darle. No es como si pudiéramos hacer como que nada ha pasado entre nosotros y seguir. Sería irreal. Pero al mismo tiempo tengo ganas de pasar tiempo con él, saber cómo está, qué ha hecho en este tiempo. Por otra parte, lo pasado con él fue tan bonito que no podría decir que no a una invitación suya, pero él estaba enamorado de mí y yo no le correspondía. No sé que tan correcto esté que diga que sí, cuando sé perfectamente que podría terminar lastimándolo nuevamente. Sólo haré como mande mi instinto.

  — ¿Oh?— Finjo sorpresa.— Creo que estaría bien salir contigo. Dudé de si hacerme rogar un poco, pero ya ha pasado mucho para eso. ¿No crees?.

— Definitivamente, señorita.— Replica, seductor. En esta situación no sé si la que está fuera de sus cabales soy yo o él. Preferiría no pensarlo demasiado. 

  — Muy  bien. ¿A qué hora?

— Te estaré esperando en frente de la biblioteca. Hay un gran restaurant ahí.

 — De acuerdo....¡¿Un momento!, cómo conseguiste el número de aquí?!

 —  Sofía— Hace una pausa.— ¿De verdad le estás preguntando eso a un hombre como yo?. — Escucho levemente como me da esa tan personal, increíble e irresistible sonrisa de lado, y no puedo evitar derretirme.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 02, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor ReciclableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora