Prólogo

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Desde aquel escape fugaz, luego de que se supo toda la verdad, Sofía tuvo que cambiar su nombre real para que nadie la reconociera. No lo pensó mucho, quería algo simple y que sonara como el anterior, así que optó por llamarse Sabrina. Jamás pudo acostumbrarse del todo a él, pero era necesario. También tuvo que cambiar el color de cabello, por uno un poco más claro. Siempre creyó que ese color no iba con ella, pero dado a que tiene unos rasgos espectaculares, nada le queda mal. Combinaba con ese aura de mujer traviesa que hacía que más de uno volteara a verla. Sus ojos seguían resaltando como siempre, con ese halo de misterio que haría perder a cualquiera en ellos. Aún sabe muy bien lo que quiere transmitir. A pesar de que pasó el tiempo y los días fuera del caos todavía no eran muy lejanos, pudo recobrar algo de control en sí misma.
Su nuevo lugar de residencia es casi tan ruidoso como el anterior. Edificios a donde quiera que voltee, calles exageradamente transitadas, luminosos escaparates queriendo llamar la atención y resaltar. Sí, nada se diferenciaba de aquella ciudad en la que  perdió el control de su vida.
Logró escapar de todo lo que la atormentaba, y puede decirse que por fin se siente plena consigo misma. Tiene un gran departamento, una exquisita decoración e incluso un gran librero que es su mayor orgullo, y también... una ex (pero no menos importante) pareja. No es el hombre con el que siempre soñó, ni aún cuando estaban juntos, pero es una buena persona, lo que hizo que terminaran en buenos términos y hasta el día de hoy siguen charlando. Su nombre es Adam y es unos cinco años más grande que ella, de carácter callado, tranquilo. Quizá sea por eso que no pegaba bien con su forma de ser, ya que cuando tenían algún problema, él lo solucionaba encogiendo los hombros y cambiando de tema, cosa que la sacaba de quicio. Sus ojos son color avellana, que hacen juego con su cabellera rubia y una gran sonrisa. Un tipo de esos que es difícil que a alguien le caiga mal. Se conocieron en el trabajo, cuando ella olvidó un informe que debía entregar ese mismo día,  él se ofreció a cubrirla mientras  iba de regreso a casa para traerlos. Ese gesto la enterneció terriblemente, luego de unos días la invitó a una cita, se gustaron y de ahí no pudieron separarse. Luego llegaron los problemas y, como siempre, se aburrió de la rutina y fue lo que dio por finalizada la relación. Él ya no trabaja junto a Sofía, así que no se ven tan a menudo, pero se volviero buenos amigos así que de vez en cuando se visitan o hablan por teléfono. Luego de que terminaron decidió contarle todas las cosas malas que había hecho, y en vez de juzgarla como ya estaba acostumbrada, simplemente la entendió. A partir de allí supo que debía mantenerlo en su vida.

En cuanto a su familia, nunca los volvió a ver. Ni siquiera a Mia, que era la única de su pasado con la que mantenía contacto. Tampoco se atrevió a ver la cara de vergüenza de sus padres, y mucho menos la de su hermano. También le gustaría saber como se encuentra Luca. Poco tiempo después de que se supo de ella en los medios, se enteró que tuvieron que internarlo en un psiquiátrico. Desde ese día trató de no volver a ver televisión. Ya han dejado de hablar de ella y con el tiempo fue desapareciendo su rostro de las portadas de los diarios.

Hay que resaltar que le costó mucho aclimatarse a otra vida nueva. Estuvo mucho tiempo sola, no quería hablar con nadie y no quería saber de nadie. Pasó meses yendo del trabajo a su casa y de su casa al trabajo. Se sentía cómoda así, sin problemas, sin drama, sin nadie que la juzgara.
Se preguntarán también que fue de la vida de Sara, Jared y Ciro. Pues Sara dio un salto a la fama rápido, más rápido de lo que creyó que lo haría y se convirtió en una figura pública de renombre. Ganó premios a "mejor labor periodístico", y hoy en día es dueña de la empresa "Detrás de ti". 
Después de que se fue, revisando Facebook  dió con el perfil de Jared. Sigue trabajando como fotógrafo, y se ha superado con creces. Se lo ve tan feliz y radiante que por momentos le dan ganas de ir corriendo a buscarlo, pero se abstiene. Para ella, él está mejor así.
Ha aprendido a controlar sus impulsos mucho más que antes. Aún sigue siendo dificil de llevar, pero logró educar su caracter de algún modo.

En lo que a Ciro respecta, de él realmente no supo mucho. Tampoco quiso investigar más sobre su vida, pero por lo poco que sabe, Sara cumplió su palabra y jamás dijo nada para manchar su reputación. De vez en cuando intenta recordar su sonrisa, o sus enormes ojos grises llenos de misterio, pero por más esfuerzo que hace no lo consigue. Todavía le tiene un gran aprecio por haberla salvado de enloquecer. Gracias a lo que hizo por Ciro pudo sentir que se quitó un peso de encima. A partir de ese día, un gran peso cayó de su espalda para no volver nunca más. Gracias a él hizo la única cosa que la hizo sentir bien, útil y plena en toda su vida. 
"Pensar que sólo buscaba huir, y me encontré con dos maravillosos hombres. A veces...sólo a veces, quisiera volver a verlos..."

Amor ReciclableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora