Capítulo 5

15 2 2
                                    

Aquella noche luego del reencuentro, no logré conciliar el sueño. Lo que más me disgustaba de todo lo que pasó, es que quería pretender que no me importó lo que sucedió con todo mi ser. Claro, eso es lo que me decía a mi misma, pero mi palpitación y aquel insomnio demostraban lo contrario. Cada vez que cerraba los ojos, podía sentir sus jugosos labios tocar los míos, sus largas pestañas acariciar mis mejillas, aquel aroma de su piel tan salvaje pero sutil a la vez. Por más esfuerzo que hacía para quitar todo de mi mente, lo único que provocaba era el efecto contrario, así que sucumbí ante aquellos amargos recuerdos y me dejé llevar por esa avasallante marea de sensaciones que hace tanto tuve el placer de vivir. 
Luego de sentirme ebria de tanto recordar, todo lo que continuó después fue confuso. En medio de aquella oleada, justo frente amis ojos cerrados destellaban unas hebras de cabello azul, como queriéndome decir "no me olvides".  En ese mismo instante paré todo lo que estaba haciendo en seco.

—No puede estar pasándome esto, no otra vez.—Hablé en voz alta.

Si bien hacía tanto que huí de todo lo que estaba haciendo mal, aquellos minutos que compartí junto a Ciro desataron un incontrolable frenesí de memorias que a tenía guardadas bajo llave, y con la cerradura rota.  Ahora no sólo estaba luchando contra esos ojos grises, sino que estaban acompañados de simpáticos  cabellos azules. Porque sé muy bien que es algo que nunca terminó de sanar, ni terminará. Jamás dejaré de preguntarme si fue la decisión correcta llevar  todo conmigo sin mediar palabra con nadie. ¿Jamás me lo perdonaré?

  — ¿Nunca?— Digo, mientras seco algunas lágrimas que inevitablemente lograron salir.

De repente doy un respingo de la cama. Un pequeño choque electrico me recorre la espalda. No puedo seguir así. No quiero vivir pensando en qué hubiera pasado. No puedo vivir con estas locas ganas de ver, aunque sea una última vez,  a Jared . Disculparme por haberle hecho daño, por abandonarlo sin darle ninguna explicación. Entendí que el destino hizo que me encuentre con Ciro a la misma hora, el mismo día, en el maldito mismo lugar, para dar un salto en mi vida. Para recomponer cada pedazo de corazón que alguna vez he roto, y devolver  las partes que me he quedado. No sé si sea lo correcto. No sé si ya sea demasiado tarde, pero tengo que intentarlo. 

                                               -------------------------------------------

  —¡¡¡ ¡¿Qué?!!!—  Grita Adam, al mismo tiempo que por la sorpresa de la noticia, derrama café en sus zapatos.

  — Lo que has oído, voy a volver a ver a Jared. 

  — Sabrina, eso está en el pasado, ¡Por Dios santo!. ¿Qué te crees, que al encontrarlo te abrazará y te dira "Que alegría verte"? . Deja ya eso por favor, debes madurar.
  — No pretendo ni que me acepte, ni que me quiera, que me haya extrañado, ni siquiera que me perdone.— Me interrumpe.

— ¡Y menos mal!, porque no hay que ser muy inteligente para imaginar que ese tipo lo último que quiere es volver a verte.
— Déjame continuar.— Coloco mi dedo índice en su boca.  Él se conforma con dar un suspiro, y se tranquiliza.— Nunca he hablado bien contigo, pero lo que ha pasado hace tiempo atrás no ha sido un capítulo completamente cerrado en mi vida. Ayer me encontré con Ciro, y ha dicho cosas que me han dejado pensando durante toda la noche.

  —¿ Cosas como qué?.

  — Dime con una mano en el corazón, ¿Qué te pasaría, si después de años de no ver a los dos hombres de tu vida, te encuentras con uno de ellos por accidente, y te dice que tu vida es una amargura, y aceptas que tiene razón?— Frunzo el ceño. 

— B...bueno. No tienes que ponerlo así. Sabes, siempre me ha molestado eso de ti.  No piensas nada,  y luego te arrepientes de tus actos. Vivir así no es vivir, lo hemos hablado muchas veces. Pero, ¿No crees que es un poco tarde para replantearse estas cosas?. Tuviste tanto tiempo para haber pedido disculpas en su debido momento, o haber llamado por lo menos. Sin embargo te conformaste con andar de cama en cama, evitando enamorarte, evitando lastimar o ser lastimada. ¿Qué has logrado con todo esto? Que después de años, te encuentres como estás ahora. Sola, buscando perdón y un final feliz que no llegará. Tienes que sincerarte contigo misma. 

Lo que dice Adam tiene razón, el problema es que no está diciendo nada que no haya pensado antes. No tengo nada que perder. Quizás cuando lo encuentre ya haya hecho su vida, pero nunca lo sabré si no lo intento. 

  — Sabrina, ¿Me estás escuchando?.— Me saca de mis pensamientos.

— ¿Mmm?— Es lo único que atino a decir. 

— Eres increíble.— Replica, volteando los ojos mientras pierde su mirada en el vidrio del  bar. 

Noto por un momento que está completamente disgustado. Realmente nunca lo había visto así. Él es de esas personas que siempre está tranquila, no hay muchas cosas que lo perturben, pero noto algo diferente en su mirada. Me pregunto si será preocupación, o tal vez no puede creer que la persona que soy hoy no tenga ningún límite. Probablemente sea la segunda opción. Pero no puedo detenerme. 
  — ¿Estás enojado?
— ¿Te importa?— Pregunta, clavando sus ojos en los míos.

— No.— Suelto sin pensar.

— Entonces no preguntes. — Afirma, dejando un tenso ambiente en silencio.

— Nunca te había visto así. Pensé que me apoyarías, como lo has hecho siempre. 

— Sabes que nunca te he juzgado ni me opuse a ninguna de tus ridículas ideas, pero  creo que esto es tocar un límite demasiado delicado. Lo que más me molesta es que te entrometerás en la vida de ese pobre muchacho, que si te ha querido tanto como tú lo haces ver, lo romperás en pedazos. ¿Es eso lo que quieres?. ¿Tu egoísta cabeza no se ha puesto a pensar que quizás que aparezca su novia que ha desaparecido sin dejar rastro lo destruiría por completo?. No te entiendo Sofía. —Queda helado por un momento, al otro se corrige.—Digo, Sabrina.

  — ¿Cómo me dijiste?

— Lo siento.

Volvemos a quedar en silencio los dos. El bebe nerviosamente su café, mientras da palmaditas a la mesa, y mira a cualquier otra parte menos en la dirección en donde yo me encuentro.

— ¿Tan malo es querer recomponer mi vida? 

— Lo malo es la forma. Entiéndelo. 
Doy un largo suspiro. Algo me detiene al escurchalo, y no sé por qué. Algo en mí sabe que todo lo que dice es completamente cierto, pero yo jamás he actuado dependiendo de la opinión de los demás. Entonces, ¿Por qué me molesta tanto su desaprobación?.

  — Sabes que no puedo hacerlo sin ti.— Confieso. Mientras él por fin voltea hacia mí, un poco confundido. Por unos segundos pareció quererme decir algo más, pero se contuvo. 

— Haz lo que quieras. Siempre ha sido así.

— Por favor... sabes que necesito de tu ayuda.  
  — Yo... no te apoyaré esta vez. 

Amor ReciclableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora