IV. Brillantes

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-¡Mamá!- el chico gritó con fuerza mientras trataba de librarse del agarre de los hombres que lo mantenían preso, obteniendo un golpe de parte de uno de esos hombres.

-Entonces consideramos el trato cerrado señorita Kuroihana- habló un hombre robusto de piel morena que se mantenía sentado en una silla mientras observaba a la mujer de largos cabellos negros y sonrisa maliciosa.

-Para nada señor Akihiro, mi único interés con este intercambio es que la deuda con vuestra corporación quede por fin saldada, de hecho si usted dispone no hay necesidad alguna de que la "Hi no Kiba"  sea regresada a casa, tal parece que aquí  está completamente a salvo y segura.- concluyó la mujer de largo pelo con facciones orientales quien vestía un quimono tradicional del folclor japonés. 

-Oh no, eso sería una completa falta de respeto hacia su señor padre quien atentamente la ah enviado a usted con tan bello presente- habló el hombre mientras daba una honda calada a su puro- le agradezco por ellas, todas son hermosas- dijo señalando tras la mujer a 50 mujeres jóvenes, todas vestidas con simples batas para dormir de seda rosa y blanca- por supuesto, simples putas nada más, ninguna iguala su belleza señorita.-

-Se agradecen sus halagos y su comprensión también señor Akihiro- dijo la mujer tomando entre sus manos una caja de plateada- mil perdones por nuestro retraso en el pago.

-Ya no piense en eso señorita, ande, dele mis saludos a su padre- concluyó el hombre mientras señalaba la salida a la mujer y a sus dos acompañantes varones. 

-Arigato- dijo la mujer ofreciendo una última reverencia hacia el hombre, abandonando la sala después.

-¡Ustedes, llevenselas de aquí!- ordenó el hombre a sus asistentes, quienes apuntaron hacia las mujeres y las obligaron ah salir de la habitación por una puerta de caoba obscura, sin embargo el crío que seguía en el suelo por el golpe que recibió con interioridad se levantó intentando correr hacia su madre, quien fuese una de las 50 mujeres que fueron vendidas al hombre.

-¡Mamá no!- el crío volvió a gritar con desesperación pero solo recibió un golpe en el estomago que lo dejó sin aire. 

-¡Cállate de una vez mocoso!- le dijo uno de sus captores estampando su cabeza contra el suelo.

-¡Jin, basta por favor el solo es un niño!- gritó una hermosa mujer de cabello castaño oscuro ondulado mientras le suplicaba con lagrimas al hombre que soltara a su hijo- por favor se lo imploro señor Akihiro, no tiene nada que ver con esto ¡ahhh!- la mujer no pudo terminar, pues uno de los asistentes le golpeo el estomago con fuerza tirándola al suelo del dolor.

-¡Avanza sucia perra!-

-¡mamá!-

-¡Jin!- 


-Fin del Flash back-


-El sonido de sus gritos se había entremezclado con los ruidos de la gran ciudad, a tal grado que sentía todo en un solo lugar y al mismo tiempo no escuchaba nada, incluso estuvo a punto de ser atropellado por un auto, esto hubiese sucedido si el claxon del vehículo no le hubiera alertado haciendo que el joven se detuviera antes de cruzar la calle.

-hubiese sido preferible- pensó para si el castaño mientras se dirigía hacia un fraccionamiento poco concurrido.

Su cabeza era un autentico lío, y ahora con sus recuerdos tan frescos se sentía del asco.

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⏰ Last updated: Sep 14, 2018 ⏰

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Sapphire bloodWhere stories live. Discover now