II. El Juego del Silencio

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La noche moría de poco en poco, el sol naciente se asomaba por el horizonte anunciando el comienzo de un nuevo día para la siempre activa Chicago. Las avenidas centrales nunca vacías se aglomeraban mucho más, las grandes oficinas de agencias publicitarias comenzaban a llenarse, el público y los "trabajadores" habituales de la noche abandonaban la acera partiendo de regreso hacia sus casas. Locales como bares, salones de baile, antros, cafés y discotecas cerraban sus puertas desvaneciéndose la atmosfera eufórica y enfiestada que había acogido la ciudad para morir con el alba.

En su lugar, tomaban posesión de las calles estudiantes, oficinistas, burócratas, empresarios, profesores y trabajadores de todos los tipos preparándose para el nuevo reto que representaba cada día en la jungla de asfalto que era su ostentosa urbe, capital de la arquitectura moderna.

El día con su luz animaba a muchos a dar lo mejor de si para aprovechar cada instante que les era brindado, cada suspiro, cada exhalación recordando la vida de la que se debe disfrutar. Sin embargo, la misma luz, anunciaba el comenzó de la ya odiosa, maldita y metódica rutina a la que eran sometidos los habitantes de las ciudades asfixiados por la presión del mundo en el que habían nacido, resignados a conformarse con sus monótonas y apresuradas vidas para simplemente "pasar el rato".

Era de esta manera como lo veía Jin, simples rutas de un tortuoso viaje para limitarse a "pasar el rato" mientras el sol se alzaba triunfante en el cielo, así el veía el día, o la mañana mejor dicho, casi nunca estaba despierto en pleno apogeo solar pues su vida se desarrollaba en mayoría mientras las sombras reinaban, cuando las calles se llenaban de locura y los negocios mas sucios e infames tomaban protagonismo en la oscuridad.

Era una vida como el la describía exactamente, "tortuosa", agobiante, delirante, y llena de presión. Pero por muy horrible que fuese la existencia de una persona, uno no pensaría que esta rayase en lo verdaderamente infernal y mucho menos tratándose de la vida de un chico tan apuesto, bien parecido, esplendorosamente joven y hermoso, de verdad que no... pero las apariencias siempre eran muy engañosas.

Mientras cruzaba el Millenium Park  a la tenue luz del alba Jin se abotonaba su fino y elegante abrigo inmaculadamente blanco como el algodón. La mañana fría no auguraba un día distinto al de la temporada, con fuertes ventiscas y lluvias suaves que a poco más de las 6 pm se convertirían en tormentas eléctricas, o por lo menos ese había sido el pronóstico durante las últimas semanas.

 El chico froto sus manos para calentarse mientras apuraba el paso de regreso a su departamento. Maldecía el momento en el que descuido sus guantes de satín blanco dejándolos sobre la mesa, pues su compañero Taehyung aprovechándose de la distracción del castaño rápidamente tomo sus lindas prendas en medio del alboroto y salió del recinto en el que se encontraban la noche anterior, seguramente sin frío en sus manos. Para infortunio del joven Jin la  ciudad estaba siendo azotada a diario por los vientos del norte, el pobre chico parecía una hoja de otoño en medio del parque emblemático de la ciudad, a total disposición del viento.

Jin tenía muchas cosas, tantas que realmente no lo hacían sentir bien al final del día, poseía las mejores ropas, los mejores relojes, el más fino calzado, todos los cosméticos de la más alta calidad, la mejor tecnología y un departamento en una de las ciudades más prestigiosas tanto comercial como culturalmente, Chicago, la gran urbe de los negocios... todo tipo de negocios.

Pero esa vida abrumadoramente repleta de casi todo, era más bien el recordatorio de una horrible y deplorante existencia, una que se basaba en ún único principio: "No confíes en nadie", y eso precisamente hacía el castaño... casi.

El problema con este mantra de vida, era que Jin tenía ciertos códigos de honor, que se mantenían un tanto arraigados frutos de su pasado, códigos como la amistad, el compañerismo y la concordia, claro a pesar de que estos se basaran principalmente en la confianza, confianza que pocas veces se encontraba de lado del chico.

Sapphire bloodWhere stories live. Discover now