D e l i r o n ú m e r o 7

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Una loca.
La dueña de las historias que iban de boca en boca.

Un foco.
Un interrogatorio la esperaba.
Y un viejo que la alteraba.

Cada respuesta era una mentira.
Actuaba tan bien porque nada sentía.
Recordó cuando el fósforo encendía.
Y sin darse cuenta, de par en par sonreía.

El viejo solo la miró.
Luego al manicomio la mandó.
Tomándola por loca.
Sin saber qué la obligó.

La claustrofobia la inundó.
Por primera vez el miedo la invadió.
Y sin pensarlo dos veces con la camisa de fuerza se ahorcó.

Su alma vagaba por la sala de interrogatorios.
Esperando al viejo para enviarlo al limbo de los agónicos ebrios.

A paso lento el viejo entraba.
Sin saber que ella ahí estaba.
Sin temor alguno poco a poco se sentaba.
Mientras ella con sus manos su cuello rodeaba.
Y apretaba su cuello asfixiandolo poco a poco mientras su cara de azul se coloreaba.

D e l i r i o sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora