El día fue caluroso y cansador, pero también fue efímero. Antes de que me diera cuenta, la intensa luz del sol había desaparecido, siendo reemplazada por el ténue brillo de la luna.
Aburrido, sin nada que hacer, decidí acostarme en el patio, para contemplar el cielo nocturno al que rara vez le hago caso.
Quedé maravillado por la belleza del extenso mar de estrellas que, a pesar de la enorme distancia, brilla tan intensamente como para cautivarnos cada noche, en el momento en el que el sol desaparece, en el momento en el que dejamos de ver hacia arriba.
Pasados unos minutos, decidí utilizar mi celular para encontrar las constelaciones que se encontraban ocultas ante mi, pero finalmente el hambre y el sueño me forzaron a volver a casa.Antes que nada, quisiera decir que este texto fue escrito originalmente para un escrito de idioma español, pero quería compartirlo con ustedes.
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Lo que se me ocurra
RandomTextos cortos que aveces hago para practicar o pasar el rato cuando no tengo ganas de escribir nuevos capítulos de las historias en proceso.