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Finalmente el ruido del liquido caer cesó y Brendon dio un paso atrás, dejando que Ryan se limpiara y tirara de la cadena. Ambos después lavaron sus manos en el lavabo y Ryan sonó su nariz. ''Lo siento'', susurró avergonzado sin mirar a brendon. ''Yo.. no era mi intención.. Sé que no me harías daño.''

Los fríos dedos de brendon levantaron el rostro del muchacho desde su mentón para mirarlo a los ojos. ''Gracias'' respondió y volvió a el besándolo, suave al comienzo y luego con mas fuerza, su lengua deslizandose dentro de la boca del mayor. ''A la cama, ahora'', añadió incapaz de contener su sonrisa al notar que Ryan también sonreía.

Ambos se dirigieron a la habitación del hotel y brendon asintió en silencio, indicándole a Ryan la posición que debía asumir en la cama. ''De espalda.. o rodillas?''

''Rodillas, si no duelen tanto.''

Las rodillas de Ryan dolían, por lo que el chico se acomodó con sus rodillas y manos en el suelo. Brendon asintió mientras Ryan miraba hacia adelante, resistiendo su impulso por voltear y observar el rostro de Brendon. El menor amaba eso, sabía que no tenía que pedirle a Ryan hacerlo por que este obedecía por voluntad propia.

La cama se hundió levemente cuando brendon se arrodilló detrás de Ryan. Sus manos sujetaron las caderas del mayor con fuerza. Brendon acortó la distancia y dejó un suave beso en la entrada de Ryan sonriendo cuando escuchó a este gemir. Abrió su boca y lamió la zona ejerciendo algo de presión, solo para tentar mas a Ryan, para torturarlo un tanto más. Este último no podía evitar empujar sus caderas hacia el rostro de Brendon ansioso de más, diciendo entre gemidos ''Más, más, más.''

Brendon se incorporó y se inclinó mas adelante, alcanzando los labios de Ryan con sus dedos. El muchacho succionó los dígitos sin decir una palabra jugando a la vez con su lengua en estos intentando evitar parecer tan ansioso, intentando evitar pedirle a Brendon que solo lo cogiera.

Cuando Brendon quitó los dedos de la boca del chico se acercó a sus labios besándolo. Un gemido hizo sonreír a Brendon en el momento en que introducio sus dedos a los interiores de Ryan.

Luego de besarlo y jugar con sus dedos Ryan se retorció entre las sabanas, sabiendo que venía. Los dedos se retiraron con lentitud de manera uniforme y con rapidez fueron reemplazados por la lengua de Brendon. Lamió los bordes de su entrada y luego con sus dedos lo expuso más dandole la posibilidad de deslizar su lengua más profundo en el. Ryan intentó contener sus ganas de cargar sus caderas en dirección a Brendon, lo que se le hizo bastante difícil.

La lengua del menor se movía con rapidez dentro y afuera. Ryan gemía con su cabeza hacia atrás, apenas movía sus caderas. Brendon quitó sus dedos y su lengua comenzando a dejar besos en la zona, succionando levemente. En este punto Ryan dejó escapar una serie de palabrotas que Brendon nunca había oído. Volvió a deslizar su lengua dentro solo para jugar un poco más con Ryan.

''Cogeme'', pidió Ryan, con una voz aguda y a la vez dudosa, casi preguntándole.

Brendon quitó su lengua e introdujo dos dedos en Ryan de forma abrupta. Ryan jadeó sintiendo como Brendon retorcía sus dedos. ''Quieres que te coja?'' preguntó como si no hubiese oído, con voz casual.

''Por favor, Brenny'', el mayor pidió desesperado llevando su cuerpo a los dedos con ganas de más. Dejó caer su cabeza en las almohadas y se apoyó con sus codos.

Los dedos se deslizaron fuera y Brendon ayudó a Ryan a voltear dejándolo así acostado sobre la cama. Besó con suavidad sus labios y disfrutó de la suavidad de su lengua buscando su sabor. Después de un momento se separó y Ryan suspiro en busca de aire para recuperar su aliento. Brendon separó las piernas de Ryan, moviendose entre sus muslos antes de empujar con su miembro a sus interiores, sin lubricante ni previo aviso.

Ryan hizo un grave sonido proveniente de el fondo de su garganta, como si estuviese quemándole. Estaba esperando esto, Brendon no lo había cogido por una semana entera. Los juguetes, los dedos, un puño no se comparaba a esto, era tan simple, solo ellos, nada artificial, nada falso. Ryan pasó sus brazos al rededor del cuello de su novio inclinandose para besar su cuello. En este punto lucían como cualquier otra pareja. Nadie sería capaz de presenciar esa escena y adivinar que Ryan acababa de recibir un enema de dos cuartos, o que unos días antes lo había echo pararse por una hora en una esquina después de azotarlo cincuenta veces con un cepillo para el cabello.

The Milk FictDonde viven las historias. Descúbrelo ahora