Capítulo 03.

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Sus pasos resonaban por el pasillo mientras inspeccionaba cada lugar de la cabaña en busca de alguna respuesta por parte del propietario.

"Si no está en su habitación realmente me voy a preocupar."

Al entrar vió que al igual que el resto de la casa todo seguía acomodado como hace semanas. Si no fuera por el muchacho que yacía boca abajo sobre la cama -que tampoco se molestó en destender- creería que nadie había estado habitando el lugar.

- Disculpa. - llamó en voz baja pero no obtuvo respuesta. - Hey, chico ¿Respiras? - miró detenidamente su espalda para cerciorarse de que en efecto aún respiraba. - Ay qué alivio ¡OYE, TONTO! - un quejido fue lo único que recibió en respuesta, doble alivio, estaba consciente. - No quería molestar en tu privacidad pero tus padres han llamado y estaban algo preocupados por ti, así que me pidieron que viniera a revisar si estabas bien.

- Diles que estoy bien, que regresaré el lunes, aún están preparando exámenes, no me afectará faltar a clases.

- ¿El lunes? ¿Éste lunes?- Jongdae sólo asintió sin ninguna intención de cambiar su posición.- ¿Seguro que estás bien?

- ¿Alguna vez te han dicho lo molesto que puedes llegar a ser? Estoy bien, ahora vuelve a tu oficina y déjame descansar.

- Deberías quitarte esa ropa.- Chanyeol no se había movido de su lugar y no pensaba hacerlo hasta que aquel chico se levantara.

- ¿Qué clase de pervertido eres? - se alzó recargandose sobre sus codos y lo miró con desconfianza, no tenía ganas de salir de la cama pero ante cualquier movimiento extraño por parte del alto correría al baño.

- Uno que siente que se le va a caer la nariz en cualquier momento ¿No te has duchado desde que llegaste? Hasta acá puedo sentir tu hedor.

El pelinegro bajó su cabeza en dirección a su axila y olfateó. Bueno, el pervertido tenía un punto a su favor, ahora tenía más razones para correr al baño.

- ¡Aish! En qué te afecta si me baño o no, vete o no respondo.

- Oye, chico terco y hediondo, hablo en serio, sal de esa cama en éste instante. - el castaño se estaba empezando a irritar, ya había visto esos síntomas antes y no pensaba dejarlo hundirse aún más en su miseria. - No estás bien, no siquiera eres consciente de en qué día vives.

- Claro que sí, ¿crees que soy idiota?- se levantó molesto dejando la cama como barrera entre él y Chanyeol.

- Oh ¿Enserio, sucio Dan? ¿Qué día de la semana es?

- ¡Es domingo y si te soy exacto es alrededor del mediodía!

- Es miércoles y son las 3 de la tarde.

Eso explicaba su olor y el molde a su cuerpo que se había hecho en la cama por su peso. No había permanecido los cinco días en la cama, a veces se levantaba a orinar.

Pero ahora su último problema era apestar, debía regresar con una excusa lo suficientemente buena para que le dejasen presentar exámenes y otra lo suficientemente convincente para no aumentar la preocupación de sus padres ¿Realmente había dormido 5 días? ¿No era eso considero coma? A estas alturas hasta a él le preocupaba.

- Oye, disculpa por sacarte de lo que sea que estés pensando y no es por ser grosero, pero siento que perderé mi sentido del olfato, tal vez a ti no te importe, pero yo lo aprecio mucho.

Después de ducharse, Chanyeol se ofreció a llevarlo a la estación de autobuses y en el camino pararon a comer algo, conversaron sobre todo y nada a la vez. Siempre le había costado entablar relaciones con otras personas pero Chanyeol era alguien con quien se facilitaba hablar y hablar y hablar -porque realmente el chico no paraba su lengua-.

Uno de los temas que tocaron fue acerca del mejor amigo de Chan, quien había tenido episodios como los de Jongdae el fin de semana y al cual ahora sólo veía pocas veces porque se encontraba en una especie de "retiro" y lo extrañaba.




Por fortuna, sus padres habían dicho al director que su ausencia se debía a problemas de salud y a pesar de haberlos hecho pasar angustia por su fugaz coma, no le exigieron una respuesta. Lo cual estuvo bien, no tenía con qué justificarse y las ideas que Chanyeol le había dado no eran buenas. Casi se podría decir que fue un tema olvidado. Casi.

- ¿Jongdae?- la voz de su padre sonó más gruesa de lo habitual, rompiendo el tenso silencio que caía sobre la mesa; se aclaró la garganta antes de seguir - Tu madre y yo hemos platicado, ya sabes, sobre lo que pasó este fin de semana. Está bien si no quieres hablarlo con nosotros, pero nos gustaría que sí lo hicieras con un experto.

- ¿Un experto?

- Lo que tu padre quiere decir, es que podrías ir a ver a un psicólogo.

- ¿Un psicólogo?

- Mira, cariño - dijo su madre mientras tomaba su mano - sabes que te amamos mucho, tu hermano y tú han sido la luz de mis ojos-

- Después de mí- interrumpió su padre.

- Después de tu padre, claro. - aclaró y éste sonrió satisfecho - Y sabemos que no te ha sido fácil desde la partida de Deok, pero realmente extraño ver esa auténtica y hermosa sonrisa que iluminaba tu rostro, sé que tú también. Dale al psicólogo una oportunidad, si no te gusta lo entenderemos, si no quieres regresar, de acuerdo, no te obligaremos ¿Qué dices?

Un psicólogo. La idea de ir a sentarse y hablar de sí mismo por una hora a un desconocido le ponía nervioso. Pero su madre tenía un punto, él también se extrañaba.

- De acuerdo, una oportunidad. - asintió y su pecho se estrujó al ver el brillo que centelleó en los ojos de sus padres a la par de sus enormes sonrisas.

- Perfecto, llamaré para confirmar. - dijo su padre levantándose del comedor en busca del teléfono.

"Eres un adulto, Kim Jongdae. Puedes con esto y más, estás a nada de graduarte y ahora estarás por recuperar lo que eras. Si desertas venderás tu colección de cómics ¿Oíste? Nadie quiere que eso pase así que te gradúas, te recuperas, trabajas y le recuperas a tus padres lo que están gastando por tus berrinches hacia la vida. Ellos creen en ti, Dae, no los decepciones."

Terapia † EXO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora