VII

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El pecho le dolia, era una completa tortura. Sus ojos estaban sellados por el dolor, escuchaba lafuerte respiracion de alguien, dio un jalon de aire y se levantó de la cama.
-Oh, esta despierto.- era Alan, quien aguardaba con tranquilidad en una silla.
-¿Qué... qué ah pasado? ¿donde estoy?
-Está en mi hogar, ahora mismo hay varios shinigamis recreando la escena, se dice que habia un demonio en el bosque pero nadie sabe con exactitud, ¿usted sabe algo?
-N-no...- obviamente Grell no queria tener nada que ver con Sebastian, y claro, lo amenazó con delatarlo él mismo; pero no es como si lo fuera a hacer, después de todo... no se puede dejar de amar a alguien de la noche a la mañana.
-Una cosa más, sé que debería dejarlo descansar pero no puedo guardarme esto, ¿Por qué habían quemaduras en el suelo? y ¿Qué hacia afuera con esas horribles cortadas?
-No es nada, tan solo habia escuchado ruidos...- Pensó lo que diría una vez más.-ruidos molestos, como un ave adolorida o algo.
-Muy bien, eh..., supongo que tendrá que quedarse aquí la noche mientras terminan de ispeccionar el área.- Alan se levantó de la silla.- me iré a dormir, buenas noches Grell.
La noche era pesada y al tratar de dormir no podia dejar de pensar en que algún día tendría que decirles sobre su embarazo, no podia simplemente aparecer con un niño en brazos diciendo que lo encontró por ahí.
-E-espera Alan.
-¿Qué pasa Grell?- se dio media vuelta y lo miró directo a los ojos.
-E-eh, tengo algo muy importante que decir... eh...-su voz no salía, estaba muy nervioso.
-¿Qué es?- dijo mientras volvia a la silla.
-Creo... mmm, no... Estoy... en cinta.
-Wow, es algo sorprendente; que maravilla Grell, me alegro por usted.
Para su sorpresa Alan no tenia nada más que decir, le bastaba con saber que estaba bien. Despues de ese dia el rumor se esparció por toda la cede. Donde a nadie le importo lo suficiente, pensaban que era algo normal, pues se trataba de aquel pelirrojo que siempre se prestaba para esa clase de experimentos con tal de tener un bebé.
Los meses pasaban, con aquel dolor en el pecho, normalmente era una punzada pequeña pero a veces era tan grande el dolor que se desmayaba. Su compañero y amigo, Alan, lo ayudaba cada que eso pasaba y lo llevaba al hospital donde era tratado.
-Ugh... no puedo moverme, ayúdame Alan...- Alan estaba en medio de la habitación, mirando a grell recostado en una cama tan suave que se undia y solo quedaba la mitad de su cuerpo a la vista.
-Es normal...- solto una risilla al ver a Grell tan inexperto en el tema.- No podrá levantarse hasta que por fin dé a luz.
-¡Pero...! Estoy aburridoooooo...
-Tan solo aguarde un poco más... tengo que ir a trabajar, por favor, no se vaya a levantar. Aguarde y tendrá un postre.
-Esta bien...- hiso un puchero y se dio la vuelta.
Alan salió del edificio y se dirigio hacia la cede. Grell durmió durante horas hasta que lo despertó el sonido de la puerta, irreconocible; los pasos eran largos, con un fuerte sonido hueco.
-¿Hola?
.
.
.
Hasta aqui, soy suuuuuper mala para los plazos no importa cuanto lo intente.
Lo sientoooooo
Pero aqui tienen ❤❤
Nos vemo hasta la prox.

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