"El Comienzo" [OP#0.5]

Prologo

El Valle de Yavarí es un misterioso valle que esconde uno de los secretos que nadie de la humanidad ha llegado a conocer, excepto el explorador Británico Marcus Granshester quien junto a su familia emprendió un viaje sin retorno al hermoso valle de Yavarí.

Tranquilo por fuera y misterioso por dentro el Valle de Yavarí no es lo que todos creen que es, no es un valle para pasar vacaciones, ni tampoco para investigarlo.

Cuenta la leyenda que de aquel rio junto al valle escaparon 6 seis guerreros de una cruel muerte. Ser comidos vivos.

La familia Granshester se encontraba en un barco turista que recorría la longitud del rio Amazonas

—¡Mira! —- Exclamó la pequeña hija de Marcus, mientras, el barco navegaba en las profundas aguas del rio Amazonas.

—¿Qué sucede? — preguntó Marcus; luego la atrajo a la niña en su regazo y la pequeña niña le señalo aquella indefensa ave  que se posaba en una de las ramas de los arboles cerca del río.—Ese amiguito de allí es un colibrí Azul, mi pequeña—-respondió Marcus.

—Que bonita a ave papá—dijo ella.

Era la primera vez que dejaba la agitada ciudad de Londres, para conocer el maravilloso lugar que su padre había visitado cuando era joven.

La niña de hermosos ojos azules miraba con esplendor el paradisiaco lugar, lleno de vegetación y humedad.

—¿Viniste por aquí también Marcus?— preguntó su esposa. Una mujer  de largo cabello rubio recogido con una hermosa coleta brillante.

—En mi primer viaje, pase por aquí, aun puedo recordarlo.—decía Marcus—¿Ves aquel árbol caído en la orilla del río?—señaló.

Su esposa asintió.

Marcus esbozo una sonrisa, como si aquello le recordara algo inolvidable.

—Mi compañero y yo buscábamos la ciudad perdida del Yarav. Pero también buscábamos algo de comer, fue entonces que cruzamos el rio, y al llegar del otro lado, observamos un árbol de coco, corrimos hacia él, y lo trepamos, pero el árbol se rompió en dos y caímos fuertemente.—contó Marcus.—Las traje a este viaje porque quiero que conozcáis a alguien muy especial para mí. —añadió después.

Pero al instante que hubo terminado de hablar, la multitud del barco comenzó a gritar y a correr, algunos se lanzaron al mar, otros se desmayaban. Marcus buscaba la razón por la que la gente estaba tan desesperada.

—¡Incendio! —gritó un hombre antes de tirarse por la borda.

Marcus, se levantó y abrazo a su esposa y a su pequeña hija-

—¿Qué vamos a hacer Marcus?—pregunto su esposa,—yo no sé nadar—la mujer estaba temblando de miedo mientras sujetaba a su hija.

Marcus, miro el río, infestado de pirañas, era peligroso, las personas que saltaron, eran espeluznantemente comidas vivas por aquellas bestias.

El fuego era inmenso en la parte frontal del barco, y solo tenían dos opciones, morir quemados o morir ahogados y comidos vivos.

Marcus tomo un saco y envolvió a su hija quien lloraba terriblemente.

—Te quiero princesa, —después de besarla en la frente— ambos se lanzaron al vacío.