DokiDoki// Yuwin [Editando]

007

Yuta carraspeó un tanto incómodo.

-Me estás jodiendo, ¿cierto?-Estaba incrédulo, no se quería ilusionar si al final, volverían a lo de antes. No era cuestión de ego o vanidad, ¿A quién le gusta ser rechazado? Y en la mira de muchos.

-Yuyu, no estoy jugando.- Se acercó con rapidez para tomar asiento con Yuta, invadiendo un poco la privacidad de el mayor.

El japonés seguía inmóvil, tratando de procesar todo. Sin embargo, no le dio el tiempo para sentir unas manos en su cuello y unos delicados labios en los suyos.

"El chico de mis sueños me esta besando" pensó Yuta con una felicidad inmensa, en verdad Sicheng lo quería. Siguió el beso con fervor, los dos sonreían de esquina a esquina.

Nakamoto hizo una pausa, ante la confundida mirada de Winwin, lo agarro del brazo y lo llevo a la parte baja de edificio; una pequeña sala donde los vecinos se reunían. Sicheng comenzaba a tener nervios, no sabía que planeaba Yuta y no le daba buena espina.

El mayor soltaba pequeñas risitas, estaba emocionado de por fin dar a conocer su no-oficial relación con Sicheng. No le importaba quien fuera, solo quería que lo supieran.

Una vez frente a todo y ante la mirada atenta de ciertos vecinos, le dio un gran beso a Sicheng.

Winwin sentía una gran pesadez y molestía, pero no era hacía Yuta.
"Me están juzgando con la mirada. Lo están haciendo, ¡Detente!" En esos segundos, ese pensamiento se hizo presente en su cabeza tantas veces que le fue imposible contar.

Lo siguiente que sintió Nakamoto fue un empujón y un golpe sin tanta fuerza en su mejilla. Su WinWin lo había rechazado, la palabra que escucho después fue un aléjate y vió a el chino haciendo reverencias sin parar.

- Lo siento, lo siento. Señores, no sé que paso y... no estoy para nada involucrado en esto, l-lo juro.- El chico miraba el piso, todas las miradas recaían a su hyung, quien estaba con los ojos lagrimosos. Los mayores esperaban una disculpa, una que no obtendrían.

-A diferencia de mi compañero, no pienso disculparme. Mis sentimientos no son un error, tal vez el error es a quien le pertenecen, buenas noches.- Se retiró con los puños apretado y la voz quebradiza, aún así con un poco de orgullo por haber aceptado la realidad. No miró atrás, no quería hacerlo y pensaba en no hacerlo.