Alas

17 0 0
                                    

{Advertencia: Esta es una historia ficticia. Se recomienda discreción por el uso de temáticas fuertes para el público en general ya que toca el tema de suicidio. La autora de ninguna manera está fomentando esta práctica. Dicho esto gracias por su tiempo y continúen leyendo.}

•  . 


• 

¿Has sufrido por amor? Un amor tan fuerte he inquebrantable a otro ser que esperabas lo mismo de él, ella si.

Ese él era un compañero desde infancia, ella hablaba con él, éran amigos. Al menos eso creía hasta que se dio cuenta de verdades que la lastiman ¿Pero qué verdad no lo hace?

Un día de invierno tan frió que podría explicar aquel corazón que él portó, sin embargo nada puede justificar aquel trato ni siquiera cualquier copo de nieve que le haya congelado aquel cálido corazón.

Con una mirada brillante y mis mejillas ardiendo a pesar de ese clima pudo confesar su amor hacia él, aquel amor que era más grande que todo, aquel amor que le hacia que perdiera su razón, pero él, aquel maldito solo le recibió con una risa que retumbó hasta en mi alma.

"Alguien como yo jamás estaría con una perdedora como tú, solo mírate, eres la perfecta descripción de la fealdad. Eres tan impopular que ni una ánima se te acercaría. Eres una tonta que crees que alguien de mi categoría si quiera posaría sus ojos en ti"

Su mundo cayó. Recordó de nueva cuenta de tres verdades que toda su vida la han perseguido.

1) Eso siempre han pensado de ella todos aquellos que la han visto.

2) Jamás podrá entender al mundo.

Y las más importante...

3) Es frágil.

¿Alguna vez has sufrido por culpa de esos tontos llamados sociedad? Pues ella ya era una experta. No tenía amigos desde hace años por culpa de un rumor que no hacía más que perjudicar a su corazón poco a poco.

Ese día regresó a su hogar el cual estaba de nuevo solo.

¿Alguna vez has llorado por las noches esperando que tus padres vengan? Ella cada noche, sin embargo, ellos siempre preferían sus citas con empresarios que ver a su propia hija.

Ella estaba cansada. Su brazo también lo estaba. Cada brazo era ocultado por aquel último regalo de corazón que sus padres le dieron, un suéter lavanda claro tejido con hermosos patrones que cubrían cada una de esas líneas que ya tenían dos años en ella. Esas líneas eran batallas perdidas, esas líneas reflejaban lo rota que estaba.

La primera dolió bastante, la navaja de afeitar de su padre fue su primera herramienta. Después le siguió sus tijeras hasta terminar con una navaja que ella misma encontró guardada en el cajón de costurera que tenía su madre, el cual se encontraba ya descuidado por su casi nulo uso.

Hoy sería su última.

Tomó aquella navaja y cortó de nueva cuenta su brazo. Esta vez, ya se había cansado. Ya se había cansado de simplemente vivir.

Fue al baño, tomó aquellas píldoras para dormir que su madre usaba. Su puño se llenó de ellas. Suspiro y con una gran sonrisa tomó de golpe todas ellas.

Callo al suelo, esperando que hicieran efecto. Pero, pronto sentiría aquellas alas que la liberarían de todo aquello que a su corazón había herido.

Ella será libre.



---------

Geral Tsumiki

Escritos & PensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora