–¡Me importa exactamente una–
Una bofetada cortó sus siguientes palabras. Su padre le miraba furioso, cansado, triste inclusive.
Mejor que lo esté, pensó Ryan.
–¡Te prohíbo que me hables así! –gritó Tom con su cara completamente roja. Temblores le recorrían de arriba abajo. Estaba confundido, debajo de toda esa rabia que sentía ante el comportamiento de su hijo, él en realidad estaba confundido.
Ryan se irguió tan pronto como logró recuperar el equilibrio. En realidad, el golpe no había sido tan duro, sin embargo, justo ahora, con toneladas de alcohol corriendo por todo su organismo, no se encontraba en lo mejor de su juego.
–Verdaderamente eres un estúpido –escupió, su mano recorriendo con dedos temblorosos su enrojecida mejilla–. De verdad, de verdad un estúpido.
Tom soltó un jadeo semejante al de un animal. Eran las cinco de la mañana, su hijo apenas había aparecido sus ebrias narices por la puerta de la mediocre casa que el trabajo de Tom les permitía rentar, esta era la tercera vez en la semana que Ryan hacía eso.
–Ve a tu habitación –dijo, ya sin ganas de gritar más.
Ryan soltó una risa burlona.
–¿Es enserio? ¿Eso es lo mejor que se te ocurre hacer? ¿Mandarme a mi cuarto? –inquirió, sus cabellos marrones estaban mojados. Sudor, orina, alcohol, Tom ya ni siquiera podía decir de qué.
–Sí, Ryan, esto es lo mejor que se me ocurre –repuso, al tiempo que apretaba los labios para tragar duro el ayuno al que estaba sometido desde la mañana anterior–. No quiero verte, no justo ahora –soltó en suspiro cansado.
–Tú nunca quieres verme –Ryan puntualizó más ebrio que consciente.
Tom restregó la palma de su mano contra su cara, estaba tan, tan, tan malditamente cansado.
–Solo ve a tu cuarto, Ryan, no tardas en colapsar –pidió nuevamente.
Ryan observó a su padre, el hombre siempre parecía profundamente harto de su presencia.
Es porque siempre estás ebrio, le recordó una voz mordaz en su cabeza.
Si él viera a la clase de amigos que trae a la casa, entonces yo no querría estar ebrio todo el tiempo, respondió. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Tom no lo notó.
–Como sea –soltó, rodando los ojos y se giró para comenzar a subir las escaleras.
La noche anterior había estado en una fiesta realmente alocada. Ryan nunca había ido antes a una fiesta de universitarios, de hecho, y aunque su orgullo le calara por ello, él nunca había estado en ninguna fiesta en forma. Ryan no tenía muchos amigos, y los que alguna vez había tenido habían dejado de hablarle hace un par de meses, cuando él comenzó a portarse como un completo idiota con ellos –y con todo el mundo, en realidad–. Así que, realmente, él no era una persona de fiestas.
Y los chicos de la noche anterior lo habían notado.
Cada uno de los hermanos de la fraternidad se habían amontonado a su alrededor y le habían hecho probar de todo lo que tenían para ofrecer en sus –extremadamente bien surtidas– hieleras. Seguro era divertido para ellos ver como un pobre tonto de preparatoria se atragantaba, tirado en el suelo, sucio como un cerdo, mientras las bebidas iban desfilando en su vaso como si de un carnaval se tratara. No era que Ryan no supiera que había asistido ahí como el payaso de la fiesta.
Tampoco es que me importe, pensó. Y es que, realmente para él ya no había un respeto en sí que proteger. Una dignidad que salvar. Todo había sido vendido.
![](https://img.wattpad.com/cover/158757740-288-k338544.jpg)
YOU ARE READING
COULD BE ME, COULD BE YOU || KEEP TRYING
RandomCuando como esto nos sucede, es complicado aceptarlo. Es como si las palaras no alcanzaran y nos llena un sentimiento de desesperanza. Los sentimientos que detona un abuso o una violación son, por decir lo menos, complicados. Este escrito tiene como...