Golpes a Samael

Parte 1

Un golpe, dos golpes, tres, cuatro...retiro la mirada de aquella escena, las piernas me tiemblan y ahora sé por qué la cara de aquel chico con el que juego desde que me mude aquí, siempre anda lastimado, aunque él diga que se cae por la escalera o se pega contra la puerta. De repente siento el impulso de correr y doy un paso hacia atrás, pero me resbalo con la patineta detrás de mí, y aquel hombre que le pega a su hijo me mira. todo pasa en cámara lenta, me levanto y comienzo a correr por el gran jardín y me escondo detrás de los arbustos, uno, dos, tres, cuatro, escucho pisadas, pero no me atrevo a moverme

-hey muñeca, ya te vi, no te escondas o... quieres que te encuentre - dice el hombre que acaba de verme por aquella ventana antes de salir corriendo

Segundos después siento a alguien detrás mío y me preparo para correr, quiero gritar, pero es más rápido y consigue taparme la boca para que no grite

-shhh, shhhhh- me dice esa voz tan conocida y me calmo- Nix que haces aquí?

-yo...solo venía a jugar contigo-me ve desconcertado y un poco triste

-vete, no te ha reconocido, es peligroso para ti si te encuentra... yo no...ahora que sabes lo que hace mi padre no dejara de buscarte-me pican los ojos por las lágrimas que quieren derramarse- no quiere que entere la policía

-quiero quedarme contigo...-digo con la voz quebrada

-no puedes, lo distraeré y saldrás corriendo, puedes salir por la parte trasera de la cerca de la casa

-no, vamos los dos

-Nix no puedo, escúchame, cuando grite muy fuerte "no" saldrás corriendo por donde te dije y no miraras atrás-no digo nada y el sale de donde me encuentro escondida, y lo escucho alejarse

Pasan los dos minutos más largos mientras estoy escondida en aquel lugar, pero de pronto escucho

-¡NO¡- alto y claro

Y como si de las piernas de otra persona se tratase salgo a correr hacia la cerca y cuando agarro la puerta para salir me giro y veo como le pegan a aquel rostro que me dio una salida, y aquel hombre dice mientras el chico cae inconsciente en el suelo

-bah, no sirve ni para aguantar golpes, mejor que no se haya muerto por un par de golpes! Que imbécil

Mi corazón se parte y comienzo a correr nuevamente hacia la estación de tren, mientras lo que acaba de pasar se repite una y otra vez en mi cabeza

SPHINX