4.- Más allá de las puertas

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NamJoon no recordaba del todo bien como era el pueblo la última vez que salió hace dos años antes de que su hermano tomara el trono y no le volviera dejar salir, solo recordaba un pueblo un tanto decadente que le miraba con malos ojos por ser un omega en una familia de alfas.

Sentía que no querían atenderle en los lugares a los que iba, y si lo hacían era por el mero compromiso pues era el príncipe.

Miró a través de las ventanas del carruaje el paisaje cambiando, pasaban por estrechas callejuelas que les llevaron hasta la plaza principal donde estaba una sencilla fuente.

Escuchó algunos vítores fuera, sonrió emocionado de que le esperaran, pues si bien no le gustaba el título de príncipe, quería disfrutar de que su gente le quisiera como querían a su hermano.

-Llegamos YoonGi- dijo en un susurro de emoción

-Si, solo tenemos dos horas así que debemos darnos prisa, ¿ok?- respondió al menor

-Seguro- sonrió

Uno de los guardias que les acompañaban abrió la puerta, YoonGi bajó primero y extendió su mano hacia NamJoon para ayudarlo a bajar con cuidado, en seguida los vítores se callaron y el más alto les observó en silencio, la sonrisa que llevaba en su rostro no tardó demasiado en borrarse.

-Vamos, no debemos tardar- el peligris le tomó por el brazo para tirar de él hacia los puestos cercanos

El rubio estuvo dispuesto a volver y encerrarse en el carruaje para regresar al palacio, las miradas horribles que le dedicaban y ese silencio le hicieron sentir terrible, probablemente esperaban a su hermano y no a él, probablemente esperaban al alfa y no a un "omega" como él.

Ni siquiera parecía uno ante sus ojos, con su complexión alta, espalda un tanto amplia, su piel acanelada y rasgos un poco toscos.

Suspiró, podría haberse hundido en esos pensamientos negativos como lo solía hacer sino fuera por el olor a libros viejos que inundó sus fosas nasales.
YoonGi le había llevado al puesto al que siempre iban cuando le dejaban salir.

-Toma los libros que quieras Nam, date gusto- el beta dio un par de pequeñas palmadas en la espalda del omega

NamJoon sonrió ampliamente, la lectura le ayudaba a olvidarse de cualquier cosa o problema que le aquejara.

-¡Si!- respondió con emoción

Después de una media hora eligiendo libros, YoonGi pagó por ellos, NamJoon había elegido alrededor de treinta los cuales seguro devoraría en un par de semanas, conocía demasiado bien a ese omega.

-Quiero magdalenas YoonGi- señaló la panadería

-No podemos, tu hermano prohibió que comiéramos en la calle- el beta guardó el dinero que le quedaba en el pequeño bolso que llevaba

-Por favor, los guardias están custodiando el carruaje, nadie tiene por qué saber que me compraste un par de magdalenas- dijo con molestia

El beta suspiró profundamente, no podía hacer nada contra el puchero que el castaño le estaba haciendo, siempre era igual, de esa forma lo conseguía todo.

-De acuerdo, pero no vayas a decir a nadie- se acercaron a la panadería

NamJoon observó como justo sacaban el pan a enfriar en unas charolas puestas en mesas fuera del local, el pan olía delicioso y estaba seguro que sabía igual.

-Buenos días- saludó YoonGi al panadero- quiero un par de magdalenas por favor- dijo con calma mientras sacaba las monedas con las que pagaría

El castaño miraba mientras a su alrededor, las calles lucían mas vivas que antes, aparentemente su hermano estaba haciendo un buen trabajo al taer de vuelta el comercio a su pueblo.

Príncipe omega [JinNam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora