El principio.

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Todo empezó hace unos años, no sabría decir cuánto, pero realmente, esto es una historia que sobrepasa los límites del amor y la vida, dos conceptos que en esta historia serán fundamentales.

Nos situamos en Estados Unidos, para ser más específicos en la ciudad de Los Ángeles, California. Aquí vivía una chica llamada Tiffany, una joven de unos 21 años aproximadamente, era de estatura media, pelo moreno y por los hombros, piel de tez blanca, ojos marrones y rasgados, aunque fuese de nacionalidad inglesa todos le decían que parecía asiática por sus rasgos.

Y, por otro lado, tenemos a Wendy, una chica un poco más pequeña que Tiffany, para ser exactos tenía 19 años, y era un poco más bajita que Tiffany, tenía el pelo corto y castaño, su piel también era blanca y los ojos marrones y rasgados pero no más que Tiffany.

Ellas dos eran amigas de la infancia, eran como uña y carne, la persona en la que más confiaban la una de la otra, sus sentimientos eran tan fuertes que hasta se llegaron a enamorar, dado que su alrededor no iba a aprobar la relación lo mantuvieron en secreto, y sus quedadas se volvieron más especiales de lo que eran, todo iba genial y parecía una relación de ensueño, como en las películas, pero... Todo se torció.

Las dos decidieron irse de viaje a Asia, exactamente a Corea del Sur, a Seúl, su capital, para disfrutar de un viaje en pareja, aunque iban un poco preocupadas porque saben que allí suelen haber terremotos y esas cosas.

Un día tras haber estado por la mañana en la playa y después ir de compras y comer en un restaurante volvieron al hotel y sobre las 6 de la tarde, se escucharon unos temblores, ellas aterrorizadas fueron a la recepción del hotel preguntando desesperadas, y sí, efectivamente, se trataba de un terremoto y de altas frecuencias, salieron a la calle en busca de ayuda... Pero, en ese momento, vieron como enfrente suya un edificio se derrumbaba y los escombros caían sobre ellas... El miedo que sintieron en ese momento no se podía describir. Con suerte no les cayó el edificio entero, pero... algunos escombros sí.

Cuando pudieron levemente abrir los ojos estaba todo destrozado, sus cabezas sangraban mucho y notaban como desfallecían, pero pudieron decirse unas últimas palabras antes de desaparecer.

— W-Wendy...
— ¿S-sí...?
— P-prométeme una cosa...
— D-dime..
— Prométeme que... Si este es nuestro fin.. Prométeme que en un futuro nos encontraremos... Nuestros cuerpos no serán los mismos pero... Nuestras almas sí, así que... Prométemelo por favor... — Dijo llorando y como pudo se abrazó a Wendy —.
— ...No es que lo decida yo eso pero... Te lo prometo... — Le abrazó mientras le dio el último beso —.
— Te quiero... No lo olvides nunca... Por favor...
— Y-yo también...

Y esas fueron sus últimas palabras, minutos después fallecieron. Sus familias estaban destrozadas, habían perdido a sus únicas hijas y a tan temprana edad... Pero, la promesa que mantuvieron, quién sabe si se hará realidad... ¿Puede ser? Dicen que el amor lo puede todo y nada es imposible.

El reencuentro de las almas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora