𝓣𝔀𝓸

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Al encontrarme a tan solo unos pasos de su cuarto tenía un gran dilema en la cabeza.

No estaba segura si debía de entrar o no a su habitación, no se escuchaba absolutamente nada.

Siendo sincera, por una parte quería saber qué era lo que le estaba sucediendo a mi amigo y ver si podía ayudarlo de alguna manera, pero por otro lado tenía bastante miedo de molestarle. Quizás querría estar solo y mi compañía en vez de agradarle lo único que haría sería molestarlo aún más.

Le dí leves golpes a la puerta con mis nudillos esperando alguna respuesta de su parte pero tal como en el principio seguía sin haber señal de vida.

-¿Jungkook?... Permiso- giré la manilla y lo ví.

Se encontraba sentado en su silla de escritorio con la mirada puesta en su ordenador, al parecer no me había escuchado.

Al cerrar para tener más privacidad se sobresaltó y volteo a verme horrorizado.

Estudié cada extraña reacción de su parte.

Su respiración se oía pesada. Cada sonido emitido de su parte se escuchaba ya que la habitación estaba en total silencio. Sus ojos se encontraban neutros, su boca estaba entreabierta y no paraba de analizarme con la misma expresión en su rostro.

-¿Qué sucede?- Dije acercándome un poco hacia él- ¿Jungkook, te encuentras...?- No pude terminar la frase porque se levanto de un salto de la silla y me rodeó con ambos brazos.

Su respiración se aceleró y se comenzó a sentír muy fría sobre mi nuca.

-Me duele, Jungkook- me apretaba demasiado fuerte como si fuese a escaparme. Él hizo caso omiso a mi queja y no disminuyó su fuerza.- Jung...- Traté de alejarlo con mis manos, pero me detuve al sentir como pequeñas gotas caían sobre parte de mi camisa e iban empapando esta misma.

Estaba llorando.

-¿Por qué no viniste antes?- Su voz estaba más grave de lo normal. Yo no respondí, no tenía ni la más mínima idea de que hacer o decirle.

-Eres una idiota.- Su agarre se volvió más fuerte y sus pequeños sollozos se convirtieron en gritos ahogados y melancólicos.

Lo que más me dolió es que jamás lo había visto de esta manera y hubiese preferido nunca haberlo hecho.

-Yo... de verdad lo siento Kook.

Mi rostro era toda una obra de arte, estaba petrificada en el mismo lugar esperando que él me dijese algo.

-Voy a tener un bebé ____.

-Dime que es broma-me alejé como pude de él, casi empujándolo.

Le toque las mejillas con ambas manos y las acune en estas mientras lo observaba a los ojos negando una y otra vez.- No hablas enserio, ¿verdad?.

Emití una pequeña carcajada dolorosa deseando que lo que me había dicho no fuera más que una vil mentira.

Sus lágrimas resbalaban por su rostro para recorrer las palmas de mis manos y detenerse allí.

- Yo no bromearía con algo así.

Solo tuve que escuchar esas pocas palabras para que mis esperanzas se fueran a la mierda y mi corazón doliera.

- ¡¿Cómo eres tan idiota?! ¡Jungkook eres aún un niño!, ¡un jodido niño, imbécil!

Mis lágrimas salían por sí solas al igual que mis palabras, no podía evitarlo. El tan solo bajó la mirada apenado, tal y como cuando un niño es regañado por alguna travesura.

-¿Cómo fue que esto sucedió? Tú eres virgen, esto no es posible. Debe haber una explicación.

-¡No! ¡Joder! ¡No lo soy!- tapándose el rostro con ambas manos se volvió a sentar en la silla giratoria de antes.- Dios, esto es tan vergonzoso- susurró casi inaudible.

-¿Qué? Pero... tú me lo habrías dicho.

-No tengo porque contarte esas cosas, son privadas y además ya no soy un niño.

-Pues actúas como uno- emití una pequeña risa repleta de sarcasmo y tratando de limpiar mis lágrimas con mis mangas me senté en la orilla de su cama.

-Explicame, ¿cómo fue que sucedió esto?- volví a preguntar.

Por un momento hubo un gran silencio hasta que decidió hablar.

-Fue en el cumpleaños de Jimin... Yo no estaba ebrio, lo juro.- Volvió a quedarse callado unos segundos como buscando las palabras correctas.- Comencé a charlar con su prima, que hacia tiempo no veía. Y pues... no lo pude evitar... Pero yo ya lo había hecho antes y pensé que...

-Me importa una mierda si lo habías hecho antes. ¿No te cuidaste?- Lo miré con rabia, él negó.

Se levantó para sentarse en su cama a mi lado.

Me observó con esos hermosos ojos que me solían encantar, y aún con lágrimas susurró con su voz quebrándose.

-No estoy listo para esto.

Al ver su expresión llena de tristeza no pude hacer más que sentirme una mierda de persona. Un poco de empatía en una situación así no estaba de más, y yo lo único que hice fue criticarlo y abrirle más esa herida.

-Lo sé, idiota.- Me acerqué a él y lo rodee con mis brazos dándole algo de consuelo.

Después de todo ya nada se podía hacer.

SILENT LOVE || JUNGKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora