Capítulo 4

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(Narra Duncan)

Las vacaciones en esta escuela fueron aburridas, así se los digo, no hice más que jugar voley con Klaus, Isadora y Violet, mientras que Quigley andaba de galán con cada chica que se le cruzaba, intentó con un chico y no resultó, por lo que se enfocó de pleno en las mujeres, por supuesto,

Violet no se quedó atrás...pobre

Al cambiar de temporada, cambian muchas cosas, muches alumnes se van, otres vuelven, y otres vienen por primera vez, mi parte favorita es la de alumnes nueves, se renueva el aire, el ambiente, y las clases, ¿Quién sabe? Quizá halla más de una persona interesante.
Hoy llegan les nueves, y con Quigley y la tita (Le digo así a la directora, que como seguro ya se dieron cuenta es mi tía) tenemos que ir a recibirles.

La verdad no tengo ganas de ver a Quigley coqueteando con las nuevas, ¿Saben que quiero?

Helado, con pedacitos de chocolate en todo el pote, y ver la novela que veías con tu tía cuando eras chiquito.

Pero bueno, tenemos que recibirles une por une, y acaba de llegar el último grupo, estoy cargando una bolsita con todos los papeles con números de teléfono que Quigley logró conseguir...

Es un exagerado, sólo llenó 3 papelitos y el resto sin completar los tengo en la bolsita junto con una lapicera.

Mientras caminábamos hacia la entrada, vi salir de un auto, a una chica a la cual le calculo unos 12-13 años con un hombre de unos 45 años por ahí, está con el uniforme puesto, la camisa le tapa la figura, se puede ver que lleva el pelo atado en una coleta de caballo, pero tiene pelo corto, es muy oscuro, salvo que se lo halla teñido no podría ser negro.
A medida que se acercaban pude notar sus ojos, ¡Cielos! La luz de el sol me está afectando, no conozco a nadie que tenga los ojos con colores diferentes cada uno.
Estamos frente a frente, por dios, no es el sol, si no su genética, uno de sus ojos es color miel y el otro mitad marrón (muy oscuro por cierto, si no fuera por el sol, parecería negro) y mitad verde, su piel parece de un dorado medio oscuro, es más alta que yo (mido 1,49), sus cachetes son tiernos, es bonita.

Si lo pienso yo, no me quiero imaginar cómo estará Quigley.

Fidel-. ¡Hola!, buenos días señora...?
Directora-. Olvader-Dijo, estrechando la mano del señor- y ¿Usted?
Fidel-. Yo soy Mauro Fidel Berazategui, un gusto-Dijo antes de sonreir- Y ustedes niños, ¿Cómo se llaman?.
Yo-. Yo soy Duncan Quagmire, señor Berazategui.
Quigley-. Y yo soy Quigley Quagmire-Dijo, guiñandole un ojo a la aparentemente hija del señor- ¿Puedo saber el nombre de esta belleza?
Yo-. Por dios-Dije entre dientes.
____-. Ehhjem, s-soy ____-suspiró incómoda.
Quigley-. Va a ser un gusto tenerte como compañera-Dijo estirando su brazo para saludarla con la mano.

Luego Quigley intentó besarle la mano pero ____ se la apartó e hizo un saludo estrechándole la mano a Quigley, JAJA conociéndolo eso lo enfureció, pero sabe disimular muy bien, para echarle leña al fuego solté una carcajada interna que aparentmente todes escucharon.

La tita me dió un codazo muy bien disimulado, pero no pude contener más la risa y comencé a reirme tapándome la boca, ¡Carajo! Por estas cosas ya no hago teatro.

Ponganle ustedes el título :DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora