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Los días pasan, y Joel se siente más solo que nunca. Erick no se a dejado ver por una semana completa, y Joel tiene que verlo, quiere verlo, necesita verlo, aunque sea por una última vez.

Se encontraba sentado en la esquina de su cama.

─Erick, sé que estás aquí, por favor, déjame verte, quiero verte.

Erick lo escucha, pero no quiere que lo vea. Así que guarda silencio.

─por favor Erick. —justo cuando esté se iba a dejar mirar, el teléfono de Joel sonó.

─¿Bueno?

─Hola Joel.

─perdón, ¿Quién eres?

─Soy Lucke, el chico del cine.

─ho, perdón, esque el número no está agendado.

─no te preocupes, oye ... Llamaba para ver si emm ¿Quieres salir?

─pues... De acuerdo ¿A dónde iremos?

─¿A dónde quieres ir?

─sabes, me gustó mucho el parque de la otra noche ¿Podríamos volver?

─claro, sí.

─de acuerdo, ahí te veo.

─está bien, adiós Joel.

─adiós.

Joel corto la llamada y se paró de la cama para arreglarse. No hizo mucho en realidad.

Se puso unos jeans negros, una camisa negra igual, una sudadera y un par de tenis, despeinó un poco su cabello nada ordenado, tomo las llaves y su teléfono del buró.

Antes de salir de su habitación hecho un vistazo por si Erick se veía, pero no logro observar más que desorden de ropa y cobijas en el piso.

El camino de su casa a ese parque está algo retirado, Joel tiene que tomar dos transportes públicos. Subió al primero, sentándose en la esquina de él bus, metió la mano en la bolsa de su sudadera y sintió un cable. Sus audífonos.

Le dió alegría tenerlos en ese momento. Los conecto a su celular y fue escuchando música. Hasta que...

ya, por favor, paren. —suplicaba el chico azabache, casí inaudible, y con lágrimas mojando su rostro.

cállate Brian. —dijo ella, mientras los demás seguían pateando justo en las costillas de el menor.

De tantos golpes el chico comenzó a sangrar, salía demasiada sangre por sus nariz.

Al verlo así, los compañeros de Erick decidieron marcharse de ahí. No querían que los acusaran de eso.

Joel pasaba tranquilamente por el pasillo, y miró a ese chico ahí tirado. El pasillo se encontraba solo, ya que no era muy habitado, solo habían pocos casilleros ahí.

Corrió hasta estar a su lado.

oye, tranquilo. —dijo Joel, pero el chico no parecía querer tranquilizarse, seguía llorando, le dolían las costillas
y no podía moverse.

(...)


















joerickgmz.

Después de Erick ||Joerick|| Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora