Capítulo 2: Ciego

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7 de octubre de 2014

Un nuevo día comienza, esta vez el despertador si sonó, pues claramente era el típico ruido insoportable que despertaba a cualquiera; tenía que llegar más temprano esta vez, aun así odiaba que me despertasen de forma tan brusca, apagando la alarma de inmediato algo molesto. Me senté en el borde de la cama para darme una pequeña pausa de pocos segundos mientras sobaba mis párpados con los nudillos y me estiré extendiendo mis brazos hacia el techo, hasta el punto de oír un leve crujido al estirar mis músculos y huesos seguido de un suave gemido realmente reconfortante. Posteriormente, me puse en pie, Drake estaba sobre las sábanas acostado, mirándome fijamente.


Buenos días Drake... Uah... - Bostecé -


Hice lo de siempre, lavarme la cara en primer lugar y quitarme esa cara de dormido. El agua helada ayudó a despertarme del todo para luego ir hasta la cocina y prepararme el desayuno donde me encontré con mi madre tomando su cálido café. Me alegré muchísimo después de verla desde hace tanto, besé su mejilla y le di los buenos días con una sonrisa, ella me correspondió.


¿Dormiste bien? - Le pregunté con cierta ternura y preocupación -


Mi madre asintió con la cabeza para luego tomar un sorbo de su café, y luego me habló sobre el retraso de ayer, llegué muy tarde a clases y me echó la bronca por aquello. Luego de decirle que perdí el autobús me recordó desayunar cuanto antes y vestirme y así fue, desayuné para luego vestirme, tomar mi maleta y despedirme de mamá y Drake, que siempre trataba de venir a la escuela conmigo. Al bajar a la calle me llamó la atención un extraño olor en el aire, apenas notable además de la densa niebla que había, apenas podía ver nada. Quise no distraerme en aquello y me puse los auriculares, volviendo a escuchar música por el camino y tomar el autobús esta vez, que me llevaría directamente a la escuela sentándome como de costumbre junto a la ventana, para observar el paisaje de camino con la música que me acompañaba, pues siempre tenía un asiento libre que ocupaba mi maleta. Decidí echar una pequeña siesta de camino, aunque solo fuesen 10 minutos.


[ . . . ]

El ruido de unas ruedas al frenar en seco me hicieron despertar pues me golpeé con el asiento delantero al haberme olvidado de ponerme el cinturón del autobús. Tuve que tomar rápidamente la consciencia para darme cuenta de lo que había pasado, aun estaba algo dormido pero eso rápidamente cambió. Noté como el conductor del bus había frenado de golpe por una razón que desconocía debido a la niebla que no dejaba ver absolutamente nada a través de las ventanas. Varios alumnos se levantaban a curiosear asomando sus cabezas por los asientos como podían, pues pude llegar a ver al conductor salir del bus. ¿Qué sucedió? Si por algo me caracterizaba era por la curiosidad inmensa, por lo que me levanté de mi asiento y dejé mi maleta en el asiento de al lado. En lo que me dirigía a espiar más de cerca para poder ver mejor, otros seguían mi camino al ver que era el primero en atreverme. Me quité los auriculares y permitir escuchar lo que sucedía fuera, dejando los auriculares colgando por el cuello de la sudadera y acabé por bajar del bus por completo siendo rodeado por aquella niebla que no dejaba ver ni si quiera mi propia nariz. Me guié por la luces de del bus que me permitían ver una silueta, siendo la del autobusero que en cuanto me vio me dijo que volviese adentro, pero algunos de mis compañeros parecían aterrados por la niebla, parecían críos. No escuché al hombre debido a la curiosidad.


¡Vuelve adentro! - Me gritaba -

Desobedecía al mayor y me acerqué más y más... lo que vi me dejó estupefacto. Las luces de los autos alrededor y las farolas permitían dejar ver a un auto totalmente destrozado y deformado por el golpe contra otro auto de frente. Uno de los conductores había salido volando, el otro parecía permanecer en su asiento desmayado o posiblemente muerto. Ambos autos expulsaban humos sus capós, podrían explotar.

En pocos minutos se podía escuchar las sirenas desde lo lejos, por lo que algún civil llamó a emergencias rápidamente. Trataba de procesar lo ocurrido pues jamás presencié algo así, aunque la niebla dejaba ver el mínimo. El mayor seguía insistiendo en que volviese adentro por mi seguridad mientras algunos alumnos me susurraban que había ocurrido desde el interior del autobús a lo que ignoré.


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⏰ Última actualización: Aug 22, 2018 ⏰

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