Mercedes despertó mucho antes de abrir sus ojos por primera vez en el día pero se dejó llevar por la comodidad que acogía a su cuerpo. Bastó el rayo caluroso de ese sol que se rehusaba a partir en medio del frío invierno de Santiago entrando por la ventana pegando justo en su espalda descubierta para perturbar esa tranquilidad llenadora. Parecía no haber prisa, pero si mucho dolor de cabeza, mal aliento, un muy enredado cabello, y finalmente unas finas sabanas blancas enredadas en su cuerpo de una forma tan natural abrazándola en lo que creía era su cama. Pudo parpadear a medias la primera vez, la cama parecía extrañamente cómoda, como en su casa y eso no podía ser. Los siguientes parpadeos la hicieron darse cuenta que su cama actual no estaba cerca de una ventana, que sus paredes no tenían cuadros, que su habitación actual no era tan grande y que efectivamente no estaba durmiendo donde debería haber estado.
Alterada por la información que sus ojos le entregaban, el pánico se apoderó de ella. Cuando logró incorporarse miró bajo las sábanas su cuerpo completamente desnudo, lo siguiente fue el espacio vacío a su lado que le hacía intuir su soledad en aquel lugar desconocido y con la vergüenza invadiéndola se tomó el rostro en señal de incredulidad. Lo siguiente fue un minino acercándose amorosamente a ella, moviendo su cola seductoramente, cerrando sus ojos cuando el sol pegó en su pelaje y recostándose en su regazo para exigir cariño. Comenzó a acariciar al felino suavemente casi como una acción automática, este le ronroneaba mientras ella trataba de recordar cómo había llegado al lugar en el que se encontraba. No podía hacer mucha memoria de la noche anterior. No se había borrado, no era tan atrevida para decir que no recordaba en lo absoluto, porque si lo hacía, lo que no podía comprender era como había terminado en aquella situación, y esos saltos temporales que la confundían en su mente no la dejaban entrever más allá en sus recuerdos. Le parecía sublime, y en cierto punto hasta interesante que ella, de todas sus amigas haya terminado en la cama de una persona desconocida. Una mujer desconocida.
Se maldijo para sus adentros.
Tenía una sensación de cansancio en el cuerpo que no se lo podía, parecía que había estado haciendo ejercicio todo el día anterior o algo peor. Quizás fue en este punto cuando recordó todos los orgasmos y los gritos que Bárbara le había sacado la noche anterior, y los colores no tardaron en subírsele al rostro. La había hecho tocar el cielo múltiples ocasiones en aquella madrugada, sabía muy bien que no se habían dado tregua, estaba segura que pasaron horas, o quizás ella lo sentía así. Como si la realidad la hubiese golpeado se levantó de golpe de la cama asustando al gato en su intento por buscar todas sus pertenencias por la habitación, encontrando solo su teléfono en el suelo con más de 20 llamadas perdidas de sus amigas y de sus hermanos, observando detalladamente él reloj que le indicaba eran las tres de la tarde. Simplemente inverosímil.
150 mensajes de 5 chats
Cuando encontró su ropa interior comenzó la búsqueda por sus jeans y el resto de su ropa, que luego encontró esparcida por la sala de estar desprolijamente. Pero se detuvo en el momento en que vio el vestido y la chaqueta de Bárbara, los flashbacks se agolparon en su cabeza haciéndola perder el aire por unos segundos, quedándose de piedra. Ya saliendo de esa clara visualización de los hechos ocurridos en el lugar no pudo hacer algo más que tomarse la cabeza en señal de dolor. Quizás estaba haciendo mucho esfuerzo por recordar, cuando la jaqueca recién empezaba a manifestarse.
Ya con su ropa puesta corrió al baño a mojarse la cara, y la imagen que encontró al mirarse al espejo era un verdadero desastre que no sabía cómo iba a poder manejar al salir por la puerta principal. Mientras el pánico volvía a renacer con todo el desorden que vio al volver nuevamente al cuarto que por educación intentó arreglar, el miedo de que Bárbara regresara de donde sea que había ido y ella aún estuviera ahí la hacía palidecer. Bajó los peldaños que llevaban al desnivel, a la sala de estar que la noche anterior había ignorado por completo por dirigirse a la cama directamente.

ESTÁS LEYENDO
Not an option
RomanceCursando su primer año de estudios universitarios Mercedes nunca pensó verse envuelta en tantos problemas. Tampoco pensó en descubrir una parte de ella que no sabía que existía. Modern AU.