Capítulo 3

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Al siguiente día me levanté lo más temprano que pude, para poder encontrar a Kasumi, baje las escaleras y hay estaba mi hermana. La abrace por atrás y ella tomo mis manos.

- Akane bienvenida ¿Te gustó tu regalo?
-Me encantó. - dije mientras la soltaba para mirarla
- Que bueno que te gusto. - dijo sonriendo.
- Kasumi..., yo me preguntaba ¿Hoy puedo cocinar yo?
- ¿Segura? - Kasumi se oía dudosa.
- Si quiero ver si e mejorado en mi cocina. - Yo sabía mi respuesta, simplemente quería que todos vieran como cocinaba ahora.
- Bueno ¿No quieres que te ayude? - pregunto.
- No, lo haré yo sola tu vete a sentar y disfruta de la mañana, mientras yo te haré un té.
- Bien, pero si necesitas ayuda me hablas.
- Si.

Mientras Kasumi leía unas revista y tomaba del té que le había preparado, yo no me decidí a que platillo hacer tenia miles de posibilidades, y todos los quería hacer, finalmente me decidí hacer un Tonkatsu, pechuga de cerdo empanizada acompañada de arroz y ensalada, pero yo le agregue una salsa, hecha de salsa de soja, con una naranja el sabor era delicioso. Cuando termine de cocinar empecé a poner la mesa y puse el té, dejando que se calentará a fuego bajo.

- Kasumi ¿Qué hiciste de comer? Huele tan bien. - era la voz de Ranma, no lo había visto por casi un mes y me sentía nerviosa. Oí como derrepente toda la familia empezó a bajar las escaleras.
- Yo no cocine Ranma, fue Akane. - sonrió mi hermana.
- ¿Qué? - cuestionó dudoso, hubo un silencio.
- ¡¿Qué?! - gritaron todos.
- Siéntesen a comer.

Todos se sentaron pero sus caras de preocupación parecían ¿Qué clase de veneno nos darán? Me dio risa el rostro de todos, se veían tan nerviosos y nadie se atrevía a tomar un bocado, así que la primera en arriesgarse fue mi hermana Kasumi tomo el primer bocado de la chuleta de cerdo y sonrió.

- Valla Akane, tu cocina me recordó a la de mamá.- dijo nostálgica mi hermana.
- Gracias Kasumi.

Y de hay todos tomaron el primer bocado de sus platos, y no pararon de comer.

- Valla Akane, cocinas de maravilla, porque antes tu cocina no era tan buena. - comento Ranma, eso me hirió, sabía que no cocinaba tan bien pero no tenía que recordarme lo que hacía antes mal.
- Eres un idiota mal agradecido. - grite y lo golpe con la mesa. Me levanté y me fui al doyo, era el lugar donde me sentía bien y tranquila, y recordé que antes de ir a los cursos, Ranma y yo nos habíamos peleado.
- Ranma orgulloso. - susurre.
- Tú también lo eres. - Era Ranma.
- ¿Qué quieres..., aparte de burlarte?
- No vengo a burlarme. - suspiro. - vengo a disculparme, fui grosero y perdón.
- No, no te disculpes, yo también me hubiera burlado de ti. Además no es propio de alguien como tu arrepentirse. - Estaba sorprendido.
- ¿Qué dices?- cuestionó.
- Si Ranma así eres, grosero, mal educado y me haz hecho sentir horrible frente a la gente.
- ¿Orgulloso? - soltó una carcajada. - ¿Qué me dices tú? Te estoy pidiendo disculpas y no las aceptas.
- Te odio. -dije
- En algo estamos de acuerdo. - No le iba a dar la victoria así que dije algo que nunca pensé decirle.
- Deseó no haberte conocido Ranma Saotome, sin ti mi vida sería mucho mejor. - susurre furiosa. El se quedo boca abierto, nunca pensó que llegara a decir eso pero por alguna razón supe que le dolió.
Salí corriendo del doyo, me había excedido y me sentí mal, y me dije "es lo mejor" . Desde meses atrás me había dado cuenta que Ranma Saotome me gustaba, si lo sabía pero no quería admitirlo, asta un mes antes de terminar el curso... Pero el nunca iba a corresponder mis sentimientos así que me aleje..., el lo noto pero no le dio importancia, y supe que no importaba si me fuera al otro extremo del mundo el nunca me extrañaría, así que pensé que el debía casarse con alguien que amara y yo con alguien que me correspondiera.

Mi cuarto aparte del doyo era mi único lugar privado, donde me podía sentir yo sin ser juzgada, claro además de P-chan.

- ¿Crees qué me pase P-chan? - P-chan hizo el típico sonido de cerdito. Ni siquiera me entendía pero era bonito pensar que el si me  escuchaba.
Tocaron la puerta de mi cuarto, sacándome de mis pensamientos.
- Akane... ¿Puedo pasar? - Era Ranma, no conteste y cerré mis ojos pensando que se iría pero abrió la puerta. Fingí estar dormida, el camino hacia mi cama y se sentó, acarició mi rostro.
-Te hartaste de mi ¿Verdad?. - susurro. Luego beso mi frente y se fue.
-Ranma...
Aveces llegaba a pensar que yo le gustaba a Ranma pero descartaba la idea, por como estaba con Ukyo, Shampoo y Kodachi, sentía que ese tipo de chicas le atraían más, por femeninas y asta aveces delicadas y dulces.


Me desperté dos horas antes de entrar a la escuela y hice mi obento y el de Ranma.

*Ranma *

*Akane *

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*Akane *

Fui la primera en llegar a clases, sé que debía despertar a Ranma pero no lo quise hacer

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Fui la primera en llegar a clases, sé que debía despertar a Ranma pero no lo quise hacer.

- ¡Akane ¿Porqué no me despertaste?! - grito.
- Deberías de empezar a levantarte solo.
- ¿Es en serio?
- Ranma.
-¿Qué? - seguía gritando. Creo que el se sentía alterado.
- Señor Saotome, ya empezamos la clase haga el favor de sentarse.
- Discúlpeme maestro.

Ranma se sentó. El maestro borro el pizarrón, y apunto "El amor" .

- ¿Qué significa? Como saben hay una leyenda, la del hilo rojo. Que un samurai muy poderoso que se habia convertido en rey, no encontraba esposa y supo que una bruja veía el hilo rojo, la mando a traer y esta lo llevo a su destino. Pero hay una historia que encontré de dos enamorados. Pasare la copia y escogere a alguien para que la lea.

El profesor paso todas las copias y miró al salón a ver quien de nosotros seria el afortunado.

- Akane lee por favor.
- Si maestro. - suspiré. - Hace mucho años, nacieron dos bebés la niña nació al otro lado del mundo, y el nació al otro extremo. Ellos se encargaban del amanecer y el anochecer.
Siempre veían más allá de su mundo y pensaban si ellos podrían llegar a amar; Un día un cometa paso entre los dos. En el punto donde la luna y el sol se juntaba, y corrieron a investigar que había sido eso, entonces se encontraron, inmediatamente se enamoraron y se empezaron a ver todo el tiempo, pero los Dioses enfurecieron y los volvieron a separar, convirtiéndolos en el sol y la luna, la luna la enviaron al mar y el sol al cielo. Y así el sol hizo el sacrificio más grande ahogarse cada noche para dejar respirar a su amada luna.
- Gracias Akane. Ranma ¿Qué nos da a entender esto?
- Nos dice como el amor es puro, no te importa dar tu vida por esa persona -sus ojos se posaron en mi. Fue eterno ese momento, no me habia dado cuenta de que penetrante y hermosa mirada tenia Ranma, y sus ojos regresaron a la clase. -  lo harías una y otra vez.
- Exacto. Gracias siéntate.

El profe siguió con su clase, pero yo no podía olvidar la mirada que Ranma me dedico.

Lo que paso después. Ranma Y Akane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora