Capítulo 2

35 7 0
                                    


Me dispuse a pasar el rato solo, en el gran salón de baile que había. Imaginando una y mil veces la manera de quitarme la vida, de terminar con mi sufrimiento. Pero a cada intento cometido más extraño me sentía.

No habían paginas para leer, los libros estaban en blanco. La música no era tal, solo era un ruido que atormentaba mi pensar. Sonrió de vez en cuando para no olvidar como hacerlo, me siento tan solo que cuando miro a lo lejos deseo la compañía de aquellos seres que me observan, pero todo intento de acercarme a ellos es nulo.

Día 273

Ayer sentí la presión de la cama que provoca una persona al acostarse, pero no era yo. Yo estaba casi dormido cuando ocurrió. Desperté enseguida y mire a todos lados para ver si había alguien a mi alrededor pero nada. Estaba solo, como siempre. 

Volví a la biblioteca como cada mañana para ver la única rosa marchita que me recordaba a algo que estuvo vivo alguna vez, le converse acerca de mis penas y tragedias, de mis cientos de preguntas sin responder. Necesitaba hablar, no quería olvidar como hacerlo.

Día 333

Hoy pude escuchar de nuevo la voz de aquel día que llegué, fue una conversación muy corta pero muy intrigante, fue casi como un susurro a mi oreja y dijo "¿Estas listo?" no se que a que se pudo referir, intenté averiguarlo pero no hubo respuesta alguna, cada momento luego de aquella frase fue totalmente frustrante, pegue gritos de auxilio al cielo hasta quedarme sin voz, ya siento que no tengo fuerzas para nada. Ni siquiera he ido a ver a mi flor, solo me dio ganas de escribir y llorar, llorar en silencio por la desesperación de la soledad, tal vez este si sea el infierno y este pagando muchos males.

Día 350

Ya no me siento mal, perdí el sentimiento de tristeza como si apagara un interruptor. No lloro, no rió, no grito ni hago nada más que escribir. 

Las criaturas que veía antes a los lejos por fin se dieron a conocer, son extrañamente bellos. No se como describirlos, no parecen un humano ni tampoco un animal pero son extraños.

Me miran con sus ojos marrones como si conocieran cada parte de mi, no los toco ni les presto atención, ya ni siquiera me importa su compañía.


Mi Pecado MortalWhere stories live. Discover now