capítulo 8

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  Todos sabemos, conocemos y hemos escuchado de las coincidencias, esas cosas que no se planean, pero que inconscientemente deseas que pasen, pero aún así, no las esperas. 

 Sigo preguntándome por que desperté justo en el momento que te bese, sigues siendo una extraña pero te he imaginado de tantas formas y maneras que si algún día llego a encontrarme contigo, pasaría un año intentando acostumbrarme a tus actitudes.

  Todos los días desde que llegue a este plano terrenal me despierto con la amargura de ser inestablemente frágil. Tan ligero y aproximado a la inmensidad de la muerte, con esas ganas de comerme el mundo que invaden mi cabeza.  

  Hoy desperté extraño, sintiendo un sin sentir, de esos que no comprendes, una especie de Limbo emocional. No estoy feliz, ni triste... estoy tranquilo, tengo el alma en reposo, la búsqueda me hace esperar y la espera se hace eterna. La busco a ella, pero no llega.

 Estoy decepcionado, pero tan solo un poco. Sigo cansado, pero más por la angustia de saber que no me pasa nada en realidad, como si lo que sintiera no tiene una respuesta lógica. 

  Hoy desperté extraño, sigo solo y angustiado, pero por un instante parezco no querer nada, es como un beso que quieres recordar pero que ya no se siente. Como cuando la excitación te abruma, para luego estrellarte en el vacío y contra el frío de la ausencia, se te congela el alma, y los besos mueren antes de tocar tus labios, porque aunque los toquen, ya no sientes. Por eso el limbo, eres pero no existes, estás dormido y el viento helado no te afecta, porque el alma está por fuera. El calor no te abraza, porque tu caparazón ni siquiera se derrite...

  Hoy no se ya ni siquiera que quiero, porque miro en mi entorno y solo veo tanta gente perdida, hueca y vacía. Trato de buscar miradas, de volver a sentir la conexión con aquella chica en medio del caos, escudriñar almas, parece que todos los que veo pasar por los pasillos del hospital viven solo su día a día, sus rutinas, el cuerpo se les mueve solo y actúan sin apreciar sensaciones ni momentos. Sin meterle ganas y sentimientos. Hasta el sexo lo convierten en un par de maquinas funcionando, se han perdido los seres que vibran en un plano más alto y más fuerte.  

  Hoy desperté con la fe perdida en las personas, eso suele suceder cuando te decepcionas, cuando creas ídolos de cartón, o simplemente y más frecuente cuando miras cada mirada, pones trampas a los intelectos, cascaritas a las voluntades e intentas captar esencias en las almas y corazones. Siempre terminas en la nada, en este limbo vacío y cargado de tristezas, soledades y nostalgias, que ya no tienen la fuerza ni de derramar desde tus ojos una lágrima.

Exploté y todas las emociones salieron volando, me quedé sin saber que me pasa. Al parecer no carezco de emociones, tengo demasiadas. Pero ya no quiero buscar, ni esperar. Ya solo quiero encerrarme en mi y tratar de conquistar mi corazón.

Tal vez mañana olvidé mi cansancio, tal vez, aunque ya no quiera, seguiré esperando, pero ya no quiero formar una fila, quiero esperar siendo yo mismo. 

Hoy intente quitarme la vida, pero ya no sangro, los días pasan y me siento tan solo como alguien sin pasado puede estar.

Tocaron a mi puerta, con desdén y sin ánimos le invite a pasar.

Julia: Hola, disculpa que te moleste pero desde que te traje al hospital no he podido dejar de pensar en ti. Suena loco pero necesitaba volverte a ver.

Mis ojos se iluminaron como dos faros iluminan el camino en el mar, la voluntad lleno mi cuerpo de esperanzas y solo llegue a decir...

Malum: Yo también quería verte 

Ella se acerco y justo en el momento en el que iba a posar sus manos sobre las mías la puerta se abre.

Maria: Hola Christofer, soy mamá.

Mi Pecado MortalWhere stories live. Discover now