III

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Realmente no pudo pegar el ojo, solo por unas horas el sueño pudo invadir su cuerpo en un pequeño descanso, pero algo en su cerebro se activaba haciéndolo despertar de golpe a altas horas de la madrugada. Hyunwoo frotaba sus ojos en un gesto de cansancio mientras permanecía en la cama, por la falta de iluminación en la ventana creía que aún no era de día. Tuvo que sacar el reloj de pulsera que estaba en su saco —que dejó en la silla a un lado— las pequeñas manecillas del reloj de plata marcaban que faltaban dos horas para el amanecer. Entre la habitación solo podía escuchar los ronquidos por parte de Jooheon, tan fuertes que dejaban en claro que ya iba o estaba en el quinto sueño.

Se levantó de la cama caminando a paso suave en la habitación, la madera del suelo rechinaba a cada paso que daba, al moreno no le importó si el ruido despertara a su compañero, ningún ruido lo haría en su estado. Fue hasta el balcón de la habitación, tras abrir los ventanales sintió en su rostro el frio viento del próximo amanecer, Hyunwoo se recargó en la barandilla del balcón mirando la calle solitaria que poco a poco dejaba de ser iluminada por los postes de luz gracias a los encargados que apagaban el gas de estos. A pesar de que era el sueño y el cansancio que casi no le permitía moverse con libertad, pudo obtener un rato de tranquilidad. Tenía que volver al edificio y poder ya aclarar sus dudas ante lo sucedido con la escuela. Pero ¿Cuál era esa urgencia de saber? Solo era una fijación sentimental por sus comienzos de lo que es ahora, de bailarían, de Son Hyunwoo. Nada más necesitaba aclarar la duda y quizás se sentiría tranquilo, aunque lo que no sabía el moreno era que su inquietud iba más allá que la simple escuela.
Tardó unos minutos para apreciar la imagen de los pequeños edificios recién iluminados por el sol que empezaba a salir, sin querer bostezó, el sueño volvía en él como si este jugara con su cuerpo para decidir cuando dormir. Era mejor volver a intentar conciliar el sueño, como sea la situación lo primero que haría tal día era visitar lo que era Roxanne.

El reloj marcaba las 11 de la mañana, delante del espejo de vestidor Hyunwoo revisaba cual saco y prenda ponerse, se colocaba una en frente a él para asegurarse cual sería el adecuado para ver a Kihyun, ¿por qué se concentraba tanto en su imagen? No lo sabía, sus nervios siempre le jugaban mal obligándolo a hacer cosas que ni él mismo estaba seguro del porqué. El quinto saco llevaba, el azul marino no quedaba bien con su chaleco gris y pantalones del mismo color. Gruñó mientras lo tiraba a la cama junto los demás.


—Llevas como media hora haciendo caras en el espejo. —comentó Jooheon desde su cama donde limpiaba el violín con un pañuelo de seda, ya le fastidiaba ver al mayor no decidirse por un simple saco. —¿Tan importante es donde vas para dejar toda tu maleta tirada en la cama?

Hyunwoo se quedó en silencio por unos segundos, importante no lo era, solo que algo le decía que debía ir bien vestido. Aún no le había dicho a su amigo de lo ocurrido con "Enfants de la mélodie", pensaba que debía primero investigar sobre el lugar y luego contárselo. Se acomodó el chaleco a que la línea de los botones estuviese recta, terminando en abotonar las mangas de la camisa.

—Solo saldré a caminar un rato. —mintió.

—¿A caminar o a ver a alguien?

«Exactamente es eso» pensó Hyunwoo.

—Solo iré a caminar. —nuevamente mintió.

Jooheon dejó a un lado el violín dando una mirada al mayor, era obvio que sospechaba que el otro ocultaba algo. Pero no deseaba entrometerse en sus asuntos, de seguro el moreno vería a una hermosa dama y él quería, exigía, vera su ermitaño amigo con alguien. Ya era hora tuviera otra "esposa".


El menor se levantó del mueble yendo hasta el moreno, apoyando su brazo en el hombro de este miró el reflejo de Son con un gesto de que analizaba la apariencia del otro.

Roxanne   ‹ showki ›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora