Capítulo 9.

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Sábado y viendo los instastories de me amigas en Colombia.

"Que noche la de anoche🖤"
Subió una foto Juana, la hermana de James.
La extrañaba demasiado.

-Que juventud.- murmure.

Lo bueno de los sábados, era levantarse tarde, Salomé se la vivía jugando en su habitación, James jugando videojuegos, y si por alguna "extraña" razón halla ido a fiesta, se la pasa durmiendo toda la tarde.

(...)

-¿Cómo podía ponerme esto?.- dije viendo un vestido verde limón que encontré en mi closet.

Les ha pasado que cuando no tienen nada que hacer ¿hacen una limpia profunda a su habitación?
Justamente estaba haciendo eso.

Después de comer como una supuesta familia, aunque fuera incómodo el hecho de que James y yo no habláramos, decidí hacer lo de ni habitación.

-¿Cómo cabía en esto?.- señale un vestido negro, que sólo recuerdo que lo utilicé una vez.

Tenía la espalda literalmente destapada, sólo dos tiras delgadas, bastante sexy.

-¿Por qué no?.- reí.

Loca idea...

(...)

Ahí estaba yo, con un vestido que no se como entre en el, viéndome al espejo.

-Nada mal Gisel.- sonreí.

Me sentía rara, no recuerdo cuando fue la última vez que use un vestido tan ¿sexy? Ese vestido si que me traída recuerdos.

¡Otra loca idea!
¿estaría mal noche de discoteca?

(...)
JAMES

- No entiendo este juego.- murmuró Salomé viendo la pantalla.

- Es fácil hija.- le expliqué por cuarta vez.

Paciencia era uno de los principales valores que debía de tener como padre.

Escuche la puerta abrirse, era Gisel.

-¿¡Gisel!?.- exclame.

Maldita sea, ¿era ella? Realmente se veía bien, su cabello negro, lacio, llegaba hasta su cintura, sus ojos, joder ¿siempre los tuvo así?

-Ya me voy.- sonrió a Salomé.- Te duermes temprano hermosa...

-¿A dónde vas?.- pregunto Salomé.

-Iré un rato a la calle, ya sabes cosas aburridas.- sonrió Gisel y le dio un beso en la frente.- Te quiero.

- Te quiero.- repitió Salomé para seguir jugando.

Yo seguía como un maldito acosador mirándola.
Traía un abrigo negro hasta sus caderas, una falda exactamente marcando sus curvas.

-Salomé debe de estar dormida antes de las 10, no me esperes despierto.- susurro Gisel.

-¿Vas a salir con Marco?.- pregunte.

- No James, iré un rato a algún bar o antro, simplemente tengo ganas de salir, por que no hacer lo mismo que tú haces, quiero divertirme.- contestó.

-¿Entonces lo haces por que yo lo hago?.- sonreí sarcástico.

-Lo hago, por que tengo el mismo derecho que tú, quiero volver a bailar una canción, quiero conocer personas, no quiero ser tu sombra James, también tengo vida propia.- respondió,para darse la media vuelta e irse.

¿Ser mi sombra?

(...)
Gisel

"LA SANTA"

Decía la discoteca a donde llegue, veía el humo saliendo de ella, la música retumbando los tímpanos, ese era el momento donde decia que era mala idea.

-¿Servicio de valet parking?.- interrumpió el chico con el chaleco dorado, mis pensamientos.

-Eh si.- sonreí.

Salí del coche, no sin antes dejar mi abrigo en el.

Tome mi bolso y me adentre a la discoteca.
Chicos bailando, otros apunto de tener sexo, el olor a marihuana inundaba mis cosas nasales.
Si, olía a diversión desenfrenada.

Camine hacia la barra, "bonita", "vamos a bailar", entre eso y más fue lo que me decían.

-Un tequila, por favor.- le dije al bartender.

El ambiente estaba agradable, a excepción de que si vinieras sola, fuera una mierda.

-Aquí tienes.- me extendió la bebida.

-Gracias.- sonreí.

Lo tome de un solo sorbo, sentí como ínmediatamente el líquido quemaba mi garganta.

-Otro por favor.- le pedí al mesero.

No dejaba de recordar mis tiempos de rumba a lado de James, todas nuestras aventuras, el día que nos pusimos ebrios y Salomé, de al menos 9 meses, dormida en la habitación.

(...)

Bailaba al ritmo de "La ocasión" maldita canción sexista pero imposible resistirse a bailar.
Baile con unas chicas, Colombianas, venían sólo por unos días, es bueno ver a paisas.

Me dirigí nuevamente a la barra, ya no estaba consciente de la hora.

-¡Otro por favor!.- le exclame al chico.

-Hey, bonita.- dijeron a mi costado.

-¿Si?.- respondí cortante, era un chico de al menos 20 años, pero bastante corpulento, se notaba que ya estaba ebrio.

- Hay que bailar, o si quieres algo más...- se acercó a mi.

-Asco contigo, déjame en paz.- me aleje algunos pasos.

- Vamos bonita, hay que divertirse.- se volvió acercar a mi.

- Te dije que no.- esta vez grite.

Con tanta música, apenas era posible escucharlo a el.

-Vamos...- me tomo de la muñeca.

- No, sueltame idiota.- trataba de soltarme.- Hijo de...

-Tan preciosa y con mala boca.- reía.

-¡Sueltame!.- le volví a gritar.

¿¡Qué carajos le pasa a la gente!? Ayuda.

- Te dijo que la soltaras.- dijeron a mis espaldas.

El chico pareció asombrarse y me solto.

Di vuelta para ver quien era...
No podía estar pasando.

-¿Qué haces aquí?.- pregunte sorprendida.

Viviendo Con Un Futbolista (James Rodríguez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora