Latidos

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Ten cuidado, Margarita.

No sabes lo que puede haber detrás de la cortina.

... ¿Estoy lista, Devon?

No, no lo estás.

Y la rubia se acurrucó en el hombro de su demonio, escuchando los latidos de su corazón.

Quizá los demonios sí tienen corazón.

AmelieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora