Capitulo 1.

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Cuando la pequeñaPyroteus volvió en sí, había cerca de ella, una hoguera y bastantecomida en abundancia. Mayck estaba cerca, y al ver que se habíadespertado, le saludó con una sonrisa:

- Bien Pyroteus. Ahora que ya sé tunombre, ¿puedes decirme como que estas sola?

La pequeña miró hacía otro lado.Seguidamente con lágrimas en los ojos contestó:

- Me escapé del orfanato, pero ¡porfavor, señor, no me llevé allí! Haré lo que usted me pida.

- Calma, jovencita. – Siguió elbandido con su sonrisa de plata – No tengo intención en interveniren tu destino. Si te fuiste, por algo sería. Además, solo tengocuriosidad. Una chica tan pequeña, como tú, no debería rondar porel mundo sola, ¿no crees? Tienes unos diez años, ¿verdad?

- No soy tan pequeña, señor. Tengotrece años. Sé defenderme yo sola.

- Bien, eso me gusta pequeña. Dime,Pyroteus, ¿te gustaría quedarte con mi grupo?

- Oh señor... no quisiera ser unestorbo...

- Pequeña, si te lo pido es porque nolo eres. ¿Claro?

- Señor, sí señor. Pues... en esecaso me gustaría quedarme. Gracias por no pegarme.

- ¿Cómo dices pequeña? ¿Gracias porno pegarte? – sonrió el hombre. – La violencia no es el buencamino. Por cierto, por lo que veo, eres una semielfa. No huelo nirastro de magia en ti y aparte tienes orejas picudas.

- Señor, soy Pyroteus del clan de lahoja verde. En ese clan pertenecía mi madre, pero no se nada más deella. Aunque también mi padre pertenecía al clan humano de losdragones. No se nada más de ellos. – con lágrimas en los ojos, lapequeña se fue corriendo bosque a través.

Una chica, jovencita, vestida conropas de cuero ajustadas y con un látigo enganchado en su cintura seacercó al hombre, Mayck y dijo:

- Mayck, ¿no crees que es demasiadojoven? No podemos cargar con una chica tan pequeña, podríanmatarla, y no creó que lo merezca.

- Helen, no te preocupes. No dejaréque lo hagan. Y ahora, dejarla en el bosque. Debe reencontrar denuevo sus raíces.

El bosque erafrondoso y la pobre Pyroteus se perdió. Perdida y desamparada, conlágrimas en los ojos, se apoyó en uno de los árboles. Se puso aescuchar en busca de alguna pista para encontrar a Mayck y a losdemás, pero no obtuvo resultados. Después de un rato, comenzó aescuchar un murmullo. Un conejo se acercó a Pyroteus y la chica seasustó, y solo ver a la bestia, y salió corriendo. La pequeña oíacada vez mejor los murmullos, seguramente estaría acercándose a uncampamento y oía a los individuos. Los murmullos cada vez eran másfuertes y se podían entender más, pero la chica no se habíamovido. Finalmente los murmullos se podían entender:

- Ey pequeña elfa. Pequeña elfa.Pequeña elfa.

Pyroteus miró a un lado y a otro,pero no veía a nadie. La voz seguía:

- Pequeña elfa... llevo ratollamándote. Mira detrás de ti.

La chica se giró y solo vio un árbol:

- Muy bien pequeña. Ya me estasmirando a la cara, ya era hora. Hace rato que te veo llorar.

- ¿Tú eres un árbol? ¿Me estashablando tú árbol? –dijo asustada la semielfa.

- Chica, ¿es tu primera vez que hablascon la naturaleza? Bien, secate las lágrimas muchacha. Me imaginóque nunca has estado en contacto con los de tu clan, ¿verdad? –siguió el árbol.

- Mi clan de la hoja verde... nunca meaceptaron por mi sangre humana. Así que no he tenido mucho contacto,con elfos.

- Lo siento, muchacha. Pues como puedesver, con tu sangre élfica puedes hablar con animales y con lanaturaleza, un árbol como yo, con mucha facilidad. Tienes herenciade elfos y de humanos. Como semielfa que eres, tienes la bendiciónde los elfos y su magia y como castigo tienes la vida corta de unhumano. Bien, semielfa, ¿Qué te ocurre?

- Pues, verá señor árbol, he perdidoa la persona que me salvo. Tenían un campamento, pero salícorriendo y me perdí. ¿Puede ayudarme?

- Semielfa, te ayudaré, sigue losmurmullos y llegarás con los tuyos.

La pequeña Pyroteus fue siguiendo losmurmullos de las hojas de los árboles y finalmente llegó con Maycky los demás. Al llegar comenzó a llorar más y gritando que teníamiedo de perderse. Mayck, secándole las lagrimas, le dijo:

- No te preocupes Pyroteus. Solo deje que encontrarás un poco tunaturaleza élfica. Ninguno de los que estamos aquí presentesdejaremos que te suceda nada.

Lo siguiente que hicieron fue ir a dormir en sus tiendas de campaña.

La historia de Pyroteus.Where stories live. Discover now