Capitulo 2.

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Despuésde unos años, Pyroteus con dieciocho años, empezó a ser un miembro de élite de la banda de Mayck. La joven llevaba un arco, el cual leenseñó a utilizarlo el jefe de la banda. Muchos de los compañeros,todos humanos, tenían envidia de la joven.


La bandaorganizaba un golpe de estado para Nibelheim. Querían restaurar lafelicidad y la prosperidad que tuvo el pueblo antes de ser entregadoa un nigromante, quién poseía los poderes de las tinieblas.


Con todo elplan ya tramado, el grupo capitaneado por Mayck, se dirigieron porseparado a la ciudad. Pyroteus iba tapada con un manto, con el cualparecía casi imposible verle la cara. La joven muchacha entró porla puerta principal sin ningún problema, los guardias la vieron comouna peregrina. El plan estaba tramado desde diferentes puntos, nopodía haber fallo. Pyroteus comenzó su parte subiendo en unosmostradores altos y se quitó la capucha. Todas las miradas sedirigieron en ella:

- Humanos moriréis si no cuidáis de la naturaleza. Lanaturaleza os necesita, necesita que la miméis o se volverá contravosotros. Si no obedecéis a esta elfa, haré que los animalesinvadan esta ciudad. –gritó la semielfa a plena pulmón.

Los soldados,todos de su alrededor, empezaron a perseguirla, mientras ellaescapaba hábilmente escalando por los salientes de los edificios.Los guardias le seguían como podían. La joven alzó la vista a laspuertas del castillo y vio como Mayck y sus camaradas entraban alcastillo. La muchacha siguió corriendo y poco después vio comoMayck y Helen, eran atacados por sus camaradas los mismos que eran dela banda. La chica se preocupó y fue hasta allí como el rayo, apesar de que la guardia de la ciudad le perseguía.

- ¡¡¿Quehacéis canallas?!! ¡¡¿Como osáis atacar a nuestro capitán?!!

- Cría insensata.Con el dinero que ganaremos por la recompensa de estas personasviviremos mejor que bien sin tener que ayudar a los estúpidoscampesinos que no saben ni cuidarse de si mismos. –saltó uno delos asesinos.

- Perrostraidores... –Pyroteus lloraba desconsolada.- Por la espalda... osconfió su vida y así le habéis pagado... No merecéis vivir. –la guardia ya la tenía completamente rodeada.

- Intenta matarnoscría. Encima eres una semielfa, no tienes ninguna posibilidad contranosotros. –siguió el asesino.

Unas raícescomenzaron a salir del suelo y ataron las piernas de los guardas. Lamuchacha apuntó al asesino, pero los demás miembros de la banda lacogieron de piernas y brazos sin que ella pudiera hacer nada. Estabaindefensa y el asesino se acercaba con la intención de acabar conella. El cuchillo ensangrentado por el cual cayeron Mayck y Helenmantenía el hedor de su sangre. Pyroteus se resistía pero no podíahacer nada. Un halcón apareció de las nubes y atacó al asesinodesarmándolo. Seguidamente empezó con los que tenían atrapada a lasemielfa y la joven lanzó un destello cegando a todos y huyó conrapidez. Las enredaderas desaparecieron.


La muchacha llegóal bosque de las afueras y con cuidado y media escondida entre losarboles, se tranquilizó con los murmullos de los animales. Mirósobre una rama y allí estaba el halcón. La joven le dio milgracias, no sabía como agradecérselo. El halcón bajó y se puso enel brazo de la muchacha. En la pata del ave llevaba una nota. Lachica la cogió y la leyó:


"QueridaPyroteus, este halcón, lo comencé a adiestrar el día que teconocí. Éste ave tan majestuosa aparecerá cuando yo perezca, yaque estará para protegerte. Así que no quiero que llores miperdida, este el legado que te dejó para que te hagas fuerte. Noquiero que vengues mi muerte, la venganza no te aportará nada,recuerda: La violencia no es buena. Jovencita esta vida es dura, perote pido que te hagas fuerte y ayudes a la gente, como era mi sueño ycreo que el tuyo también. También quiero que sepas que conocí atus padres y me encomendaron que si ellos morían en la batallacontra los demonios, de hace diez años, te cuidase y por ello teestuve buscando. Tu padre era un domador de dragones, el mejor queconocí, y tu madre la mejor hechicera que conocí. Así que has deestar orgullosa de ellos, que lucharon por el mundo. También teconfieso que hace unos cinco años empezaron a resurgir las fuerzasde la oscuridad y parecen fuertes. El rey de Nibelheim es uno deellos. No sé que es lo que se planea, pero te pido por favor, queconsigas aliados para luchar contra esta oscuridad que hará quemuchos perezcan. Y no lo podemos permitir, ¿verdad chica? Así queempieza tu viaje, el duro viaje y hazte fuerte.

Esperoverte muy tarde por los cielos

Asíque no te pierdas."


Pyroteus, congrandes lágrimas, abrazaba la carta. El halcón surcó de nuevo losvientos dejando a la muchacha sola. Los asesinos de la banda seacercaron de nuevo a la semielfa, con sed de sangre. La muchachaapuntó con su arco. Los asesinos se abalanzaron y el halcón leshizo retroceder. Disparó una flecha y fue directa a una de las 6piernas de los asesinos:

- No os quierohacer daño, largo. No tengo intención de luchar por venganza.

Los asesinoscontinuaron, eran muy tozudos. Tras tres flechas mas, y estarcorriendo por el bosque, Pyroteus volvió a ser cazada:

- Muchachita, note puedes comparar con el trío de elite. Llevamos años deteniendoricachones, luchando contra soldados de elite imperiales. ¿Creíasque podrías?

El halcón fue ala carga y los asesinos lo capturaron con una red. Quitaron el arco aPyroteus y la arrojaron al suelo. Con una de sus flechas acabarontambién con el halcón:

– ¡¡¡¡No!!!!–gritó la chica.

- Chicos podemosdivertirnos, sin tener que matarla. –lanzó una carcajada uno delos malhechores.

Pyroteus estabaasustada, los asesinos rasgaron su túnica, dejándola casi desnuda.Los asesinos parecían disfrutar, sobretodo el cabecilla.

- Eres unaaberración muchacha. No mereces el respeto de nadie. No mereces nitan siquiera existir. Pero antes de matarte vamos a disfrutar con tucuerpo, ya que pocas humanas son tan bellas...

Uno de losasesinos se disponía a posar su mano sobre uno de los senos de lasemielfa cuando una llamarada lo arrasó. Los dos asesinos se girarony vieron a un muchacho:

- Eso no se lehace a una persona, no señor.

- Vete de aquímocoso, esto no te influye.

- ¿Ella quiere?¿He oído un no? Pues entonces la tenéis que dejar. Así que largo,o enfrentaos a mí.

- Maldito crío. –escupió el asesino y fue a por él.

El chicodesenfundó una espada más grande que él y atravesó al bandido sinpestañear. El último asesino quiso escapar, y cuando se dio mediavuelta se encontró a un lobo que devoró su cuello como mantequilla.

- Graciascaballero. – soltó la semielfa con lágrimas en los ojos.

- De nadamuchacha. Solo estaba de paso. Ten más cuidado. – respondió elchico.

La semielfa seacercó al halcón y lo abrazó llorando. Mientras, el muchacho y ellobo, se marcharon dirección a la ciudad. Cuando la joven serecuperó se dirigió hacía la ciudad de Nibelheim para lucharcontra el nigromante. Para su sorpresa cuando llegó, el joven que lesalvó, combatía con los soldados de la ciudad. Se abría paso en lagran puerta de bienvenida.


La historia de Pyroteus.Where stories live. Discover now