Capítulo 03

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Mihawk miro al pequeño moreno dormido plácidamente en su cama con una mirada hambrienta, el cabello ébano desparramado sobre la sábana blanca le hacía ver casi etéreo, la suave piel morena le invitaba a recórrela con la lengua en especial ese delgado cuello, el vampiro estaba seguro de haber encontrado a la rueda faltante de su trois-meré, casi no podía contener la ganas de convertirlo sin preguntar. Un crujido de sabanas le hizo mirar nuevamente al niño, (oh, por supuesto que era un niño comparado con el mismo)- mi pequeño peti-mou, -dijo mientras delineaba la respingona nariz del menor con el dedo índice- me has causado muchos problemas- murmuro con algo de enfado y exasperación, las pupilas doradas tornándose carmesí, para luego sonreír complacido.

El mayor estaba ciertamente satisfecho por tener al menor en sus manos, dos años, dos estresantes y puñeteros años, el había conocido al chico por accidente frente a un bar hacía dos años, lo que le atrajo fue su olor, a pesar de que dicho olor estaba teñido de nerviosismo y preocupación, en ese momento solo quería corromper un poco al niño que parecía inocente a sus ojos, así que le enseño a fumar, solo por curiosidad, trato de entrar en su mente para obtener su nombre pero no pudo, jamás había ocurrido cosa semejante ni siquiera con su pareja, el desconcierto lo llevo a ordenarle a uno de sus subordinados que siguiera al chico, pensó que podría encontrase con él por casualidad o hacer que pareciera que fue así,

Por desgracia, sus planes no fueron como él quería. No solo su gente no podía entrar en la casa del chico, sino que él tampoco, lo cual era ridículo, el viejo mito de que los vampiro no pueden entrar sin ser invitado solo se limitaba a iglesias y tierras sacrosantas, y esa casa aburrida igual a todas las demás, en ese ordinario y soso vecindario no era tierra santa, ni en broma, así que... ¿Qué diablos estaba pasando?

Le tomo dos semanas de vigilancia a uno de sus hombres hasta que por fin vio al chico cuando este fue a la tienda a comprar algunos víveres, y en algún momento de la siguiente semana el adolescente desapareció, se esfumo, ninguno de sus hombre noto cuando dicho joven abandono la propiedad en la que residía, sintió que la situación era ridícula, y ya empezaba a notar que su aficción por el chico no era algo pasajero ni normal, él tenía esta desgarradora necesidad de verle y nada tenía que ver con el dulce y embriagante olor de su sangre, la primera y única vez que se encontraron él estaba saciado, por lo que el olor de la sangre le tentó pero pudo resistir ya que acababa de alimentarse solo media hora antes, hizo tiempo en su ya apretada agenda e hizo una visita a la empresa en la que trabajaba el hombre adulto que residía en esa casa.

El vampiro curvo los labios en una sonrisa sardónica, la ballena andante (porque no se le podía llamar persona a esa bola de grasa) le trato con respeto, el fingió ser un inversionista interesado en la empresa en la que Vernon Dursley trabajaba, saber el nombre que quería fue fácil y penetrar en su mente aún más, al salir no pudo evitar fruncir el ceño, que pareja más desagradable resulto ser ese hombre y su esposa, y por cómo iban... estaban criando a su hijo para que se convertiría en un perfecto matón, - el azabache soltó un suspiro- su pequeña obsesión era un mago, esa era la razón por la que no podía ingresar en la casa, lo más probable es que hubiesen barreras.

Cuando salió de esa oficina tuvo sentimientos encontrados, por un lado quería retorcerle el cuello a la bola de grasa y por otro lado sabía que no debía hacer nada, si algo le pasaba, el desgraciado culparía a su sobrino de cualquier cosa no normal que ocurriera en su entorno, la única razón por la que pudo controlar su enojo fue que a pesar del obvio maltrato que sufrió el chico, en realidad solo se limitó a recluirlo en un lugar pequeño a darle poca comida y a hacerle hacer tareas del hogar con alguno que otro empujón, aunque el abuso verbal que sufrió a manos de ese hombre y su pareja fue enorme, el decidió no hacer nada pero internamente ya estaba maquinando para el momento en el que el chico quisiera venganza, después de todo la venganza alivia el alma ¿no?

Noshtno Udovolstvie (रात की खुशी)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora