Sobre autoestima, amor propio y belleza física.

No eres tu.

Sé que te duele. Yo sé que te cala en el alma que él haya cambiado, que ya no te dé los buenos días como antes y que los mensajes bonitos hayan desaparecido.

Sé bien que cambió, que ya no es aquel romántico empedernido, que hoy de repente es frialdad.

No es tu culpa cariño, deja de querer descubrir que hiciste mal, deja de pensar que demostrar que lo querías fue lo que provocó esto. Porque no fue así. No te martirices pensando en eso.

Yo sé que ya no duermes con la misma sonrisa de antes, y que ahora tus mañanas se llenan de miedo de que él ya no te desee los buenos días, sé que ahora por las tardes ya no esperas sus mensajes pronto. Ahora ya ni siquiera hay mensajes que declaren lo linda que te ves, lo mucho que le provocas, lo preciosas que estás cuando sonríes, ya no hay risas en notas, porque ya ni siquiera hay notas.

No se siente esa complicidad, solo son dos extraños que hablan por costumbre, que se hunden en un barco y que inevitablemente va a terminar por hundirse si no trabajan juntos en hacer que vuelta a flote.

Las cosas han cambiado, ya no son como antes.

Sé que te duele por las noches el no sentir esa conexión, esa magia al hablar los dos.

No eres tú, es él que tal vez se ha rendido demasiado pronto, quizás se ha cansado de la distancia. Quizás le tiene miedo a lo que siente, quizás no quiere compromiso.

Yo sé que te duele, que te cala y que te estremece quererlo tanto y sentir que lo pierdes, pero pequeña, no puedes evitarlo. La gente decide irse o decide quedarse y en ocasiones no puedes hacer nada para que hagan lo contrario a lo que está destinado.

Vivieron una historia de amor que ya no estás segura de que tenga futuro, pero está bien pequeña. Diste lo mejor de ti, tus mejores intenciones y lo más bonito que sentías lo diste. Sentiste la felicidad de querer y que te quieran por un tiempo.

No llores, no, esto acabará tal vez, pero no es tu culpa, tú corazón es inocente de este desastre.

Tú diste lo mejor de ti, así que sonríe pequeña, porque la vida devuelve todo lo bonito que das de corazón. Porque tú mereces un buen amor, un amor tan real que te haga sentir bien, que te haga sentir segura, que saque la mejor versión de ti, pero sobre todo, que no te haga sentir triste.

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