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-Hola, Camille.-El hombre se sentó en su silla de cuero mientras sacaba aquella libreta de notas, la cual era bastante familiar.- Cuando me dijeron que estabas aquí creí que era mentira. Hace más de un mes que hablamos, ¿Que sucedió?

-Ya no lo soporto más...

-¿Que no soportas?

-Este dolor que no desaparece. Estás ganas que tengo de querer terminar con todo. No lo soporto, no más.

-Camille, has tenido más de cinco intentos de suicidio en dos meses. Hace un mes me dijiste que ya estabas lista, que ya lo habías superado. ¿Hay algo que no me estás diciendo?

-Hay tantas cosas que no he podido decirle.

-¿Quieres hacerlo ahora?

Asentí con miedo.

-Bien, Camille. Cuéntame desde el principio. ¿Como comenzó todo esto?

Cuándo era pequeña, mi madre siempre me decía que la vida era tan corta que en un abrir y cerrar de ojos todo lo que habías vivido se quedaría en el pasado. Poco a poco tus recuerdos se harían más pequeños, al grado de no recordarlos por un largo tiempo.
Pero con el paso del tiempo supe que era mentira. Ningún recuerdo desaparece, sigue ahí y cada día te tortura más y más.
El recuerdo de saber que el único amor de mi vida se había ido me atormentaba todas las noches, no podía dormir, no podía soñar, no podía seguir con mi vida, no podía amar. Tanto fue mi dolor, mi falta de amor propio que me fui destruyendo yo misma y aunque estaba consciente de lo que hacía, simplemente no podía dejarlo ir. Ya olvide la cuenta de todas las veces que me rompió el corazón, de todas las veces que rompió sus promesas, sin embargo yo creía en él y me di cuenta que era yo quien provocaba ese sufrimiento en mi, era yo quien me rompía mi propio corazón, era yo la que me hacía tanto daño, era yo la que estaba acabando con mi vida por el simple hecho de no querer alejarme de él. Quería acabar conmigo misma pero para hacerlo primero tenía que comenzar con mi corazón porque si de algo estoy consciente es que una persona se puede morir de un corazón roto.

Tome una bocada de aliento, miraba atenta hacia mis manos las cuales temblaban. Tengo que dejarlo salir todo está vez, tengo que estar bien.
Mire al psicólogo y asentí de nuevo.

-La primera vez que lo ví fue hace 3 años mientras volvía de la escuela...


By: Santana

GIVE ME SOME MORPHINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora