—Piénsalo. ¿Por qué Barbie es tan famosa?— preguntó Albert, recogiendo del suelo una de las muñecas de Oliver para observar con atención los detalles de su rostro de plástico.
Aún me encontraba de rodillas en el suelo metiendo todos los libros que podía en las estanterías. Alcé la mirada para ver lo que Albert estaba haciendo. Pensé durante un segundo la respuesta a su pregunta.
—¿Porque trabaja de muchas cosas?— contesté, dudando de mi propia respuesta.
Albert soltó una pequeña carcajada, acariciando el pelo rubio de la barbie.
—Buena respuesta, pero no. Barbie es famosa porque todas quieren ser como ella. Guapa, elegante, con dinero, amable, graciosa, atractiva... Digamos que es todo lo contrario a lo que es Jade. —
Era la primera vez que alguien en la familia de Rubén mencionaba el hecho de que Jade era una bestia y una mala persona. Alcé la mirada, mis ojos llenos de intriga. Albert simplemente jugueteaba con el pelo rubio de la muñeca.
—¿Sabes? Trabajo tanto tiempo organizando los proyectos de mi padre que jamás tengo tiempo de empezar los míos. Tengo en mente un proyecto que creo que beneficiará a todos.— comentó.
Alcé la vista de nuevo, clavando mi mirada en el chico sentado sobre la cama de su sobrino. Me miraba con una sonrisa atrevida.
—Lo llamo el Proyecto Barbie, y es mi plan para deshacernos de Jade de una vez y por todas.—
......
Jade posó un dedo en mi barbilla para alzarla, sus ojos almendrados estaban clavados en mí mientras sus uñas largas y rojas rozaban y deseaban poder penetrar mi piel. Por fuera, su expresión era tranquila y dulce, pero las palabras que salían de su boca eran igual de afiladas que un cuchillo.
–Rubén es uno de los hombres más poderosos y ricos de Francia y Estados Unidos, tiene una fortuna inmensa y unos estándares de vida increíblemente alto. Lo que no entiendo es su puñetera preferencia de niñeras, siempre de clase baja... Mancháis nuestro precioso nombre y el de mis hijos.– espetó.
Me solté de su agarrada, dando dos pasos hacia atrás. Jade aún se mantenía firme con aquella expresión. Rubén era una persona muy dulce y agradable, y lo que no podía entender era cómo tenía a esta persona tan hipócrita y horrible como mujer.
–Cariño, el nombre fue manchado el momento que Rubén compartió su apellido con una escoria como tú.— le espeté de vuelta.

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Proyecto Barbie
Genç KurguChloè no se esperaba conocer a Rubén, el atrevido y atractivo multimillonario que te podía aplastar con su cartera. Tampoco se esperaba vivir y trabajar junto a él en su mansión como niñera de sus dos hijos. Pero lo que sí no se esperaba era El Pro...