Godfather [Terminada].

Chapter 16.

Ir a comprar alimentos con Harry es toda una experiencia.

Él empuja el carrito como si estuviera camino a la horca, con el ceño fruncido todo el tiempo, suspirando exageradamente fuerte cada vez que Louis tarda solo un poco de tiempo para elegir algo.

Louis, infinitamente divertido, lo hace solo para molestar, y lo llama abuelo gruñón o princesa, se burla de sus miradas y lo pincha en las costillas, preguntándole cuál es su problema.

Pero cuando llegan al pasillo de harinas y pasteles, Harry se anima y Louis termina con un carrito lleno de diabetes, mueve la cabeza y rueda los ojos cada vez que Harry deja caer dentro otra dosis de azúcares.

Al llegar a la caja registradora tienen una pequeña pelea sin importancia, Louis tratando de crear algún tipo de orden, mientras que Harry lanza todo sin ningún orden.

Pone sus manos sobre el pecho de Harry y lo empuja hacia atrás y le dice a que se aparte, y los ojos de Harry están bailando con diversión y luego se oscurecen, haciendo saltar el corazón de Louis.

Llegan a casa y Harry le ayuda a desempaquetar, ambos caminan alrededor del otro en la cocina, se rozan y tocan, la mano de Harry va deslizándose casualmente sobre su cadera mientras se estira alrededor de él para guardar el paquete de leche, y sus dedos se deslizan un poco bajo el borde de su camiseta.

Después hace que Harry se lave las manos y luego Louis le entrega un plato con carne molida, harina, cebolla y hierbas finas, se acomoda en una esquina y le enseña cómo hacer una albóndiga.

—Una vez que has revuelto los ingredientes comienzas a formar las albóndigas—, le demuestra cómo. —Ruedas la carne en tus manos, como un pelota, hasta que se sienta suave pero apretada.

Harry sonríe y Louis lo mira, su rostro se calienta, respira y ríe. —¿Por qué todo que digo cuando estoy contigo suena como una insinuación?

—Creo que tengo ese efecto en ti—, murmura Harry.

—Hola, chicos—, dice Braiden, entrando.

Louis ni siquiera oyó la puerta. Se aparta rápidamente de Harry.

—Esto huele bien, ¡Jesús! Harry ¿de verdad estas cocinando?

—Solo estoy haciendo albóndigas—, dice, sosteniendo un trozo de carne molida. —Cocinando es un poco exagerado.

Braiden se acerca por detrás a Louis y lo besa en el costado de su cuello.

—¿Quién hubiera dicho que serías tú quien lograría domesticar al Gran chico-malo Harry Styles?

Louis resopla.
—No hay nada de grande o malo en él.

—Uh, oh—, dice Braiden a Harry. —Él ha visto a través de tu fachada. Estás perdiendo el tacto.

—Bueno, pues estoy jodido—, Harry dice suavemente, demasiado ocupado haciendo la albóndiga perfecta como para detener las burlas de Braiden.

Louis de repente siente claustrofobia aquí en esta pequeña cocina, con Harry y sus diestras manos moldeando la carne en un lado y Braiden abrazándolo por detrás.

—Callados, ambos fuera de mi cocina—, dice Louis.

Y Harry le mira brevemente. —Pero... yo estaba ayudando.

—Y ahora estás estorbando—, dice Louis, agitando sus manos, instando a que salgan.

Harry mira a Braiden. —Arruinaste toda la diversión.

Louis hace la cena, mientras que Braiden y Harry miran el fútbol, como los hombres alfa que ambos creen que son, y después se sientan a comer y tomar demasiado vino.

Harry lava los platos, mientras que Louis se sienta en la barra de desayuno y habla con él.

Braiden desapareció, como siempre hace cuando el tema de ocuparse de las tareas domésticas se presenta, y luego puso una película y los tres se aplastaron sobre el sofá para verla.

Braiden toma su mano a mitad de la película, pero es el brazo de Harry rozándole en el otro lado lo que le provoca mariposas en el estómago y no le presta mucha atención a la película, su mente está ocupada con tanta confusión.