Chapter 23.

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En los siguientes dos días, no hay momentos a solas con Harry, y gracias a eso Louis consigue el tiempo para aclarar su mente y centrarse en la boda, en el frenesí de los preparativos finales.

Y justo cuando cree que tiene todo bajo control, cuando ha podido elegir la música y finalizar la asignación de los asientos, sin querer vomitar, entrar en pánico o ambos, Braiden deja caer una bomba sobre él.

Se va por una tarde y una noche.

Una noche entera...

—Tengo que ir a Liverpool para terminar algo.

Louis intenta mantener la calma.
—Solo faltan dos días para nuestra boda, Braiden.

—Lo sé, y lo siento. Pero después de esto, seré todo tuyo durante el próximo par de semanas.

—Pero no voy a verte hasta estar ahí. Tú te vas esta noche y mañana, yo me voy para quedarme con Liam...

—Pero piensa en cuánto más dulce será después de estos dos días distanciados.

Braiden le da un beso, sonríe y añade con alegría—: Estarás desesperado por casarte conmigo, con tal de llegar a la noche de bodas.

Louis no comparte su entusiasmo.

Lo único que siente es la creciente amenaza de entrar en pánico, porque una noche sin Braiden no significa una noche a solas.

—¿Qué hay de Harry?

—Le he pedido quedarse esta noche contigo para que te ayude con los recuerdos de la boda. Perderás la cabeza si te encargas de doscientas de esas cosas tú solo.

—Se suponía que eso lo íbamos a hacer tu y yo—, dice Louis, casi desesperado, aferrándose a la parte delantera de la camisa de Braiden como un niño que se aferra a una manta que le da seguridad.

—Realmente lo siento, cariño. Pero no me voy apartar de tu lado durante las próximas dos semanas, lo prometo, ¿de acuerdo?

No es ningún consuelo.

Y hay mucha energía en él más tarde esa noche, cuando está esperando el momento en que Harry llegue.

Está mirando el reloj, no puede decidir si siente terror o excitación, y está tan alterado por todas esas emociones, que cuando Harry finalmente llega más tarde, ya no le es posible actuar indiferente.

Observa, desde el lugar donde se encuentra de pie junto a la mesa, como Harry deja caer sus llaves y la cartera sobre la barra de desayuno, se sostiene de una silla, apretando tan fuerte que sus dedos duelen y sus nudillos se han puesto blancos.

Finalmente, Harry da unos pasos hacia él y lo mira. Sus ojos se oscurecen.

—¿Braiden ya se fue?

Godfather [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora