Con comida

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Logré tenderme en una posición sensual en la cama, a la espera de Christopher. Era nuestro aniversario, 1 año no se cumplía todos los días, así que debía hacer algo especial.

Me había esmerado en decorar la habitación con velas color carmesí que desprendían un agradable aroma, daban al cuarto la iluminación perfecta. El vino blanco esperaba en una cubeta junto a dos copas, un recipiente con chocolate, un frasco de leche condensada y un bowl lleno de frutillas. La lencería roja se ajustaba a mi insinuante figura, resaltando aún más mi considerable trasero. Christopher no tardaría en llegar, así que solo me dispuse a mirar el techo, nerviosa y expectante.

Cuando la puerta de la habitación se abrió, mostrando a un cansado Christopher llevando un ramo de rosas rojas, supe que era afortunada de tenerlo en mi vida. Así que me levanté, contoneando mis caderas, de forma sensual me acerqué a un atónito Christopher que me miraba sin pestañear. Empujé la puerta para cerrarla, aún mirándolo. Recorrió mi anatomía con su mirada y la acompañó una sonrisa de medio lado.

-Feliz aniversario, amor. -dijo con voz ronca.

-Feliz aniversario, papi. -respondí y besé su mejilla de forma lenta.

Tomé su mano y lo guié hacia la cama. Dejó las rosas en una silla cercana y cuando me di vuelta para tomar una copa, sentí las manos de Christopher tomar mis caderas, apegando su cuerpo al mío.

-¿Puedo quitarte todo de una vez? -murmuró en mi oído, su voz más ronca aún, delatando sus ganas.

-Ya vamos a llegar a eso, bebé. -me voltee con ambas copas vacías.

Christopher tomó la botella de vino y llenó las copas. Hicimos un brindis por nosotros y bebimos un poco. Luego de eso me acerqué, le quité sus lentes, su chaqueta y desabroché su pantalón. Tomó mi rostro con ambas manos y me besó, tomando todo de mí en un solo beso. Me debilité en sus manos, sintiendo su lengua entrar en mi cabida bucal. Nos recostamos en la cama sin dejar de besarnos. Abrí mis piernas para que él estuviera más cómodo. Saqué su playera dejando su piel blanca y sus tatuajes al descubierto. Amaba locamente cada centímetro de su cuerpo, podría besar cada espacio de su ser. Estaba dispuesta a todo, si era con él.

Con sus expertas manos se deshizo de mi sostén, dejando a su merced mis pechos. Mientras me besaba los tocaba a su antojo. Masajeaba con gran esmero, rozaba con sus pulgares mi pezones que estaban reaccionando a su tacto y a la excitación, y en momentos pellizcaba estos mismo, haciendo que soltara gemidos que se ahogaban con sus besos. Dejó mis labios para dirigirse a mis senos descubiertos, lamía y succionaba mientras yo cerraba los ojos y disfrutaba del placer obtenido por su maravillosa lengua.

Cuando dejé de sentir su cercanía y su aliento en mi cuerpo, abrí los ojos solo para ver que untaba sus dedos en el chocolate y esparcía la espesa salsa sobre mi seno izquierdo. Me miró como quién mira su plato favorito luego de estar 2 días sin comer, con ansias de comerme lo antes posible, así que fue lo que hizo. Chupó mi seno fuertemente, grité su nombre mientras sentía que mis bragas se empapaban. Christopher bajó su mano hacía mi entrepierna, acariciando con un solo dedo de arriba hacia abajo.

-Cariño... -dijo cerca de mi boca, un hilo de saliva uniéndonos debido a los besos húmedos que nos habíamos dado. -estás tan lista para mí.

Se incorporó y de un solo jalón sacó mis bragas, dejándome completamente desnuda a su vista. Untó sus dedos nuevamente en el chocolate, pero esta vez empapó mi zona más íntima. Al tacto de sus dedos en mi vagina mis piernas reaccionaron en forma de reflejo e intentaron juntarse, más Christopher no lo permitió y separó mis muslos con ambas manos, arrodillándose frente a mi. Podía ver su rostro justo allí, su aliento contra mi feminidad. Lo sentía acercándose peligrosamente, me estaba matando con su lentitud. Entonces me volví loca cuando su lengua pasó entre mis labios vaginales. Me aferré a las sábanas y cerré los ojos, dejándome llevar por el placer. Su lengua recorría cada rincón, en ocasiones introducía su lengua como si me estuviera follando con ésta. Arqueaba mi espalda, mis manos no sabían a qué más a ferrarse, así que presioné un poco más su cabeza haciendo que se enterrara aún más entre mis piernas. Desordené su cabello. Estaba en el paraíso. No paró de lamer hasta que el orgasmo llegó a mí, solo entonces subió hasta mis labios nuevamente.

-Deliciosa. -se lamió los labios.

-Déjame probar. -dije.

Me incorporé desnuda, Christopher me miró extraño, pero cuando baje sus pantalones y sus bóxers al mismo tiempo comprendió a lo que me refería. Lo senté en la cama, saqué sus zapatos y luego sus últimas prendas, quedando en igualdad de condiciones. Fui hacía las frutillas, tomé una, la llené de leche condensada y la comí de forma lenta mientras lo miraba un poco apartada. Quería torturarlo un poco. Luego de terminar la frutilla tomé el frasco de leche y me arrodillé. Christopher me miraba hacía abajo, sentado en la cama, esperando los movimiento que haría a continuación. Incliné el frasco y dejé que una delgada línea de leche cayera sobre la cabeza de su miembro. La leche empapó su glande y comenzó a caer por su pene, haciendo parecer que Christopher acababa de eyacular. Dejé el frasco a un lado y me acerqué a su tronco reproductor, lamí la gota que casi llegaba a la base de su masculinidad y la seguí hasta llegar a la punta donde pasé mi lengua en círculos, mirándolo a la cara. Me acomodé para poder meter toda su verga en mi boca limpiando todo rastro de leche condensada, succionaba cuando llegaba a la punta y arremolinaba mi lengua en ella. Chistopher tomó mi pelo, bajando mi cabeza para que me comiera su pene nuevamente, tratando de que cupiera todo en mi boca. Marcó el ritmo mientras gemidos salían de su boca, era gloria pura escuchar esos sonidos. Luego de varios minutos Christopher comenzó a dar un ritmo más duro y rápido, su orgasmo no tardaba en llegar y trabajé con más ganas para que él se corriera en mi boca inmediatamente. Sentí que su miembro se puso rígido y luego su semen llenando mi garganta. Lo tragué con dificultad. Christopher hizo que me incorporara y me besó, dio media vuelta conmigo y nos tendimos nuevamente en la cama. La masculinidad de Christopher aún quería jugar, así que guió su pene hasta la entrada de mi vagina, lista y dispuesta para él, y entró, penetrándome de una estocada. El cielo se sintió tan cerca que creí haber muerto y haber regresado a la tierra en un solo segundo, pero solo fue él, haciéndome sentir que era suya y que él era mío

Smut challenge -CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora