Primera vez

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-¡Felices 20! -gritaron todo al unísono mientras mi mejor amiga Cassie sostenía un pastel de  mil hojas y manjar, que claramente disfrutaría más que yo. 

Soplé las velas con fuerza al mismo tiempo que pensaba en mis deseos. 

-Ya se te cumplió uno. -dijo Cassie apuntando hacia mi novio, quien se acercaba con una bolsita de regalo. Cassie se marchó con el pastel. 

-Felices 20, princesa. -dijo él llegando hasta mí. 

-Joel, no tenías por qué molestarte. -dije emocionada, luego besé sus labios. 

Él era lo único que deseaba y ya lo tenía, así que solo me bastaba con pedir tenerlo por toda la eternidad, si no era mucho pedir. 

Las horas avanzaron y comenzamos a beber algunos tragos junto a los chicos. Bailamos, reímos y bromeamos. Cuando una vez caída la mitad de la noche, aproximadamente a las 3 de la mañana, nos habíamos dispersado; Cassie por su parte se había ido a bailar con Christopher hacia un rincón, Erick había salido al balcón junto a Richard y otras amigas, yo me había quedado fumando un cigarrillo en compañía de Zabdiel, mientras Joel conversaba con sus amigos en el sector de la cocina. Al cabo de unos minutos mi novio se acercó hasta mí por la espalda, abrazándome de un modo muy sensual. 

-Los dejaré solos. -dijo Zabdiel riendo. 

Giré para quedar de frente a mi moreno, mientras la música sonaba de fondo.

-Estuviste bebiendo. -dije en tono pícaro. 

-Es el cumpleaños de mi novia. Debo disfrutarlo tanto como ella. -dijo sonriente, acercándose a mis labios. 

Comenzamos a bailar, me encontraba con mis manos alrededor de su cuello al mismo tiempo que movía mi cuerpo al ritmo de la música. Estuvimos varios minutos así, claro que cada vez esto iba poniendo más caliente. Él se encontraba con sus manos en mi cadera mientras me acercaba su cuerpo con cada compás del reggaetón. Debo admitir que mi temperatura se encontraba en su límite, porque si ese hombre me provocaba con tan solo mirarlo, era de imaginarse lo que lograría en esas instancias. 

Comencé a besarlo de tal manera que dejamos de bailar y en pequeños pasos me encontraba apoyada contra una pared, en donde Joel me sostenía el rostro con una de sus manos para besarme de forma ruda y con la otra acariciaba desde mi cintura hasta mis muslos. 

-Vamos al cuarto. -susurré en su oído cuando nos separamos. Él solo asintió con su cabeza. 

Mirando a nuestro alrededor, notando que prácticamente no quedaba nadie y los que se encontraban no era precisamente en sanas condiciones, caminamos de la mano y con paso apresurado hasta llegar a mi habitación. Al llegar allí sólo bastó cerrar la puerta para que nos lanzáramos a la cama sin decir una palabra, continuando con nuestros besos, los cuales poco a poco iban intensificándose a cada segundo, subiendo de tonalidad, al igual que nuestro actos. 

Me encontraba encima de Joel, alborotando su cabello con cada beso, cuando comencé a sentir como se formaba un bulto que crecía en su pantalón, haciendo que sintiera su gruesa masculinidad y que liberara delicados gemidos en su oído por el solo hecho de sentirlo presionando debajo de mí. Deslicé mis manos hacía sus piernas para desabotonar aquel jeans oscuro que me impedía llegar hasta él, mientras tanto Joel en un acto veloz se quitó su playera y subía sus manos por mi torso para ponerlas en contacto con mi piel, intentando deshacerse de la mía. Bajó el cierre de mi top blanco, dejándome solamente en brasier, el cual no permaneció mucho tiempo en mi cuerpo. Su mirada en ese momento se centró en mis pechos, y aunque intentara ocultarlo logré notar sus mejillas algo ruborizadas. Solo me digné a besarlo, lo amaba, con su ternura y su seducción. Prontamente sentí una de sus manos en mi pecho, acariciándolo, con la otra intentaba liberarme de mi falda blanca. En tan solo unos minutos dejó mi conjunto de cumpleaños tirado en el suelo. Luego, en un acto osado, me tomó con ambas manos por mis caderas, mientras tenía mis piernas alrededor de su cintura, elevándome de la cama para cambiar de posición. Me encontraba bajo de él con nada más que mis bragas. Llevé mis manos hasta su pantalón para lograr eliminarlo por completo de su cuerpo, una vez sucedida esta acción y luego de haber recorrido su anatomía con mis manos, me dispuse a sacar la última prenda que me quedaba. Cuando de pronto Joel se me quedó mirando fijamente, separándose de mis labios y de mi cuerpo. 

-¿Qué sucede, amor? -dije algo agitada. 

-Nada... es que... -dudó. -Es mi primera vez. -dijo bajando su rostro. 

-Hey, mi amor, tranquilo. Eso no importa. También es mi primera vez. -dije acercándolo nuevamente a mí. 

-¿Teniendo sexo? -preguntó dudoso. Él estaba consiente de que eso era mentira. 

-No, bebé, haciendo el amor. -contesté. 

Posé mis manos en su húmeda y cálida espalda para poder tenerlo sobre mí de nuevo. Él solo me otorgó una sonrisita, selló todo con un beso para reincorporarse a aquel momento y bajando su mano hasta su miembro, para poder posicionarlo en el lugar correcto, me entregó el placer que necesitaba, porque el sentir su respiración agitada en mi oído, su perfume plasmado en mi cuerpo, su ser dentro de mí, era suficiente para hacerme llegar a mi punto de excitación máximo. Y quizá él no era experto, pero yo tampoco era una experta amando y con él había aprendido, porque para todo hay una primera vez y esta fue la mejor. 

Smut challenge -CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora