Un mundo donde no estamos juntos 🏵️ (KatsuDeku)

Capítulo 2

Se dice que las cosas pasan por alguna razón. Puedes llamarlo destino, suerte o una mera coincidencia, da igual.

El mundo tiene una forma muy extraña de maquinar y eso es algo de lo que nadie duda. No sería sorpresa para muchos el pensar que una fuerza exterior o suprema puede llegar a regir en nuestras vidas, he ahí quizás la razón de que exista la religión, para dar sentido a esa punzada. Pero no queremos hablar de ello. No.

Queremos hablar sobre lo fascinantes que llegan a ser aquellos pequeños momentos que, no sabemos si realmente el mundo tenía puesto para nosotros. Aquellos momentos en los que no parece que tengamos más remedio que trazar dentro de nuestra historia, para que está sea experimentada, ya dependería más adelante de si es una buena o una mala.

Quizás esté no sea más que un mero juego que se repite una y otra vez para observar las variantes que pueden suceder. Quizás no existe la llamada voluntad, quizás no existe la llamada alma ni la llamada conciencia. ¿Pero eso a quién realmente importaba? Si realmente era cierto nos habían programado para que nuestros pensamientos no fueran más allá del sistema.

Pero he aquí una pregunta ...

¿Ese sistema puede ser alterado?

🏵️🏵️🏵️🏵️🏵️🏵️🏵️🏵️🏵️🏵️🏵️🏵️

Capítulo 2: Nauseabundo.

El eminente silencio que rodeaba a ambos incomodaba en gran manera al rubio. Si hace apenas unos momentos atrás que había estado tendido en el suelo, sollozando, como un vil niñato que se ha perdido en el supermercado, y es que bueno... esa podía ser la forma más simple de explicar esta situación.

Bakugou sostenía la mirada a aquel chico de pecas que jugaba nerviosamente con el libro que traía entre manos. Según él, debía explicar las cosas desde el inicio, pero no parecía mostrar ninguna señal de movimiento desde que tomó asiento.

–No se... Si realmente eres quien dicen ser. Sin embargo...– dijo finalmente el peliverde. Pasó saliva mientras por fin le sostenía con firmeza la mirada.– No parece haber ningún rastro de duda o malicia en ti... Pese a tu– trago pesado– peculiar actitud.

¿Peculiar actitud? ¿Era una broma? ¿Le estaba insultado?

–Me vale una mierda si me crees o no. Solo... ¡Sueltame de una jodida vez, Deku!

El chico se retorcía de un lado al otro aún siendo sujetado por las sogas al rededor de su cuerpo. Izuku no dejo de conectar miradas, acercandose cada vez más, analizandole curioso.

–A demás... Tus ojos.

–¿¡Acaso estás escuchandome!?– tras gritos de histeria, el peliverde se dedicaba a observar aquellas pupilas dilatadas, llevo una mano a su mentón a modo pensativo y luego se alejó cruzándose de brazos.

–No...–  Negó con la cabeza– No había visto nada igual.

En eso, tomó el libro que había dejado en el sofá y comenzó a ojearlo. Fue entonces cuando Bakugou se dio cuenta de que no se trataba de un simple libro, si no más bien, de un simple álbum de fotografías.

Pasaba las páginas a toda velocidad hasta que se detuvo, miro detenidamente la página y luego miro al chico rubio, la acción se repitió una cinco veces.

–Son tan... Idénticos.

–¿¡Ahora de que carajos estas hablando, Nerd!? ¡Sueltame! ¡Sueltame!

El chico, aún temeroso, estiró su mano a fin de tocar el cuello contrario, acción que no pasó desapercibida y que por consiguiente dejo un poco confuso al rubio. Aquellos delgados y largos dedos se detuvieron apenas tocaron piel, y en seguida hicieron movimientos circulares lentos por todo el lado izquierdo, erizandole en el proceso.