"Cásate conmigo, pequeña."
Eso ponía en la carta que me regalaste en mi decimoséptimo cumpleaños.
Ya sabías que, años después, seguirías enamorado de mi.
Lo que no sabías es que habías heredado de tu padre lo peor que nadie podía desear.
"Cásate conmigo, pequeña."
Eso ponía en la carta que me regalaste en mi decimoséptimo cumpleaños.
Ya sabías que, años después, seguirías enamorado de mi.
Lo que no sabías es que habías heredado de tu padre lo peor que nadie podía desear.