Manicomio

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La pequeña mujer alada se me acerca. Me quedo completamente paralizado, solo había oído hablar de las hadas en los cuentos que me leía mi madre de pequeño. Tira de mi dedo índice con sus manitas de seda. De alguna forma u otra, entiendo que quiere que la siga. Ando en la dirección que ella me indica. Salgo de mi habitación, cruzo los pasillos, bajo las escaleras y llego al patio. Me quedo un poco desorientado al principio ¿Qué intención tiene? Frunzo el ceño, pero la sigo igualmente. Es tan bonita. Su piel parece ser hecha de porcelana, y sus alas son tan finas y resplandecientes que me recuerdan a las de una libélula. Tan mágica, tan ipnotizante. Ella se pone delante mía de repente y me indica que me pare. La hago caso. Entonces, siento que mis pies se mueven libremente por el...
¿Aire?
Miro hacia abajo. Efectivamente, estoy a treinta centímetros del suelo. La adrenalina se apodera de mí ¡Estoy volando! ¡VOLANDO! Vuelo alto, muy alto. Estoy a unos cuatro metros del suelo. Paso el bosque y llego hasta el lago. El agua resplandece y los nenúfares parecen piedras preciosas.
- ¡Esto es alucinante!- grito.
Sigo volando. Río, grito y giro sobre mi mismo en el aire. Adrenalina, eso es lo que siento. Adrenalina, felicidad y... me siento vivo por primera vez en mucho tiempo. Entonces me doy cuenta de algo.
¿Dónde está el hada?
- No. No no no no no...- murmuro preocupado.
Miro a todas partes ¡No está!
- ¡Hada!- grito, por que es lo único que me queda- ¡HADA! ¿¡HADA DÓNDE ESTÁS!?
La angustia me invade. Me toco la nuca; estoy sudando.
-¡¡¡HADA!!!- grito, aún con esperanza.
-¡Peter!- excalma una voz detrás de mí.- ¿Qué se supone que haces?
Me quedo desorientado. Estoy otra vez en el patio del manicomio. Delante mía, en la puerta de entrada, se encuentra el Señor Garfio, mi "cuidador". Miro a todas las direcciones, intentando encontrar al hada. Siento como las lágrimas empiezan a descender de mis mejillas. No está. Una mano firme me coje del brazo y me lleva adentro. Bueno, no es una mano, es un garfio de hierro. Se me eriza el bello. Me dejo llevar, ya que no quiero pelear. Una vez en la puerta de mi habitación, Garfio me empuja adentro. Lo hace con tanta fuerza, que me choco contra la pared y me doy en la cabeza. Oigo gritos del hombre que más temo, pero son muy lejanos, casi inaludibles.
-¡Wendy!- excalma-¡Ven aquí hija! ¡El señor Pan necesita que alguien le lleve a las mazmorras!
Me giro un momento. Veo como una chica entra en mi habitación. Con brusquedad, me coge de la mano y me empuja hacia las escaleras. Sonrío un poco. Ella sí que es bonita.

¡Holiii!
Vale, vamos a aclarar primero unas cuantas cosas:
1. No me he leído el libro de Peter Pan (aún) así que lo siento si hay algunas partes de esta historia que no concuerdan con la versión original.
2. Lo de que Wendy es la hija de Hoock me lo he inventado totalmente se que no hace falta decirlo, pero por si acaso.
3. No estoy intentando hacer un fanfiction Peter Pan, tan solo es una idea que se me ha ocurrido con los mismos personajes y sus mismos poderes.
Con todo eso aclarado ¿Qué les ha parecido?
Pd: No me maten por haber destruido su infancia, no tenía intención de hacerlo. 😊😊

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⏰ Última actualización: Sep 08, 2018 ⏰

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