Prólogo

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Ayato: Por fin, viernes por la tarde, después de clase. Mis notas cada vez van a peor, y no podré mantener a una familia si sigo así (porque Reiji no me dejaría, básicamente). 
Me distraje de mis pensamientos cuando escuché la puerta de mi habitación abrirse. Era Subaru. 

Subaru: Me dijo Reiji que hablará contigo, que pareces triste y que tus notas son peores desde que estás así.

Ayato: Que más da? No son más que números en una hoja -dijo con voz enfadada, aunque por dentro supiera que tenían razón-.

Subaru: En fin, me ha obligado a estar contigo hasta la hora de cenar, si quieres no hace falta ni que me hables.

Ayato: Pues no esperes que hablé mucho.

Entonces Subaru se sentó en la mesa del escritorio de la habitación a hacer tarea y noto como las manos de su hermano bajaban desde sus hombros hasta su abdomen.

Subaru: Q-que quieres Ayato??-Dijo sorprendido y con la voz un poco temblorosa-.

Ayato: Quizás si que necesite hablar.

Subaru: ¿Sobre que? ¿Sobre tu depresión? Porque, si te soy sincero, me importa bastante poco lo que te pase.

Ayato: Vale. De acuerdo. No estoy ofendido. Supongo que los que nacen tsunderes, mueren tsunderes. 

Subaru: ¿Que me has llamado? 

Ayato: Tsun-de-re.

Subaru: Oye, ¿por qué eres así? No te quiero escuchar porque tengo cosas mejores que hacer, si quieres hablar, ¿por qué no lo haces con Laito o Reiji? Ellos te prestaran más atención.

Ayato se sintió un poco ofendido, ja que obviamente, ni a la peor persona del mundo le agrada que un familiar (ya sea cercano o no) le diga que no le importa. Por eso Ayato se ofreció a ayudar a Subaru con su faena, y así, cundo las acabarán, poder hablar.

Subaru: Vale, hermanito -dijo en tono burlón- ya he acabado todo. 

Ayato: Pues ahora, hablemos. 

Subaru: *Suspiro* De acuerdo, ¿que te pasa? 

Ayato: Me duele que hables así.

Subaru: Ajah

Ayato: Tsh -Ayato estaba molesto, pero igualmente quería hablar sobre su preocupación- Temo no ser capaz de poder cuidar a mi futura familia. Es que es extraño, porque pienso en ello, y me agobio, pero lo intento explicar y no me salen preguntas que hacer para calmarme. 

Subaru: Ayato, tienes 18 años, lo mejor es que no pienses en una familia ahora, sé que no quieres ser como fue tu padre, pero eso no lo tienes que pensar, te tiene que salir de dentro. 

Ayato: Joder, que bien te ha quedado eso... Pero, aunque supongo que tienes razón, me sigue estresando.

Subaru: Simplemente no pienses en eso, solucionado. ¿Ya esta? ¿Ese es tu motivo? 

Ayato: No lo entiendes porque eres más pequeño, enano -Ayato y Subaru, aún con sus personalidades tan distintas, se llevan bien desde que Ayato tuvo que proteger a Subaru en el cole, ya que los niños se metían con el por su color de pelo, y SUbaru todavía era muy pequeño como para defenderse.- A veces, incluso pienso, que te quiero, ¿lo sabes, no?

Subaru: Pues no me quieras tanto *risas*, pero yo también te quiero Oreo-sama. 

Ayato: You bitch. 

Y así pasaron tiempo hasta que Reiji los llamo a cenar. 

Amor de... hermanos??(Ayato x Subaru) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora