El rescate (parte 1)

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     Llegaron un grupo de refuerzo de aproximadamente ocho hombres. El Alacrán salió a resivirlos, los hombres estaban a afueras de una embarcación en ruinas que hace años atrás funcionaba como acceso directo al mar que se encontraba a vista. Las rutas que pasaban por frente de la vieja embarcación eran muy transitadas pero nadie se fijaba en esta, justo donde tenian secuestrada a Helene.

     Entre los hombres que recién llegaron se encontraba el último pariente del Alacrán.
    Bajó el tío H. Caminaba con muletas y era dirigido por su propio sobrino "el Alacrán".

     - Bien hijo, entonces ya terminaste el trabajo.

     - Hoy termina esta historia tío, dijo el Alacrán.
    
     - Esto es lo que tu padre merece en su nombre, debes hacerlo  aunque te cueste la muerte-  H se despidió de su sobrino con un beso en la mejilla y se retiró dejando a sus hombres a disposición del alacrán.

   


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      Después de mucha insistencia  Troche permitió que Gustavo participara del operativo.
     - Hijo, esto no es un juego, recuerda tú esperarás en la camioneta con Raimundo y la llevarán a casa cuando la saquemos de ahí, eso es lo que harás.
     Gustavo aceptó y subió al lado de Raimundo.

    Gabriel se preparó, no le importaba entregar la vida por su sobrina a quien adoraba. Incluso prefería morir salvándola que tenga que poner la cara cuando Helene le pidiera explicaciones; estaba seguro que ella ya lo sabía todo.
     Gabriel, había sido amparado por su primo desde joven, en todos los problemas que se metía él se portaba como un padre, no había nada que Troche no hubiera hecho por él y todo lo que tenía era gracias a él, aunque para eso tenía que permitirse usar, usar su carrera de músico para portar algo más.
    
     Todo el camino Gabriel pensó, se quitaba un peso de encima puesto que los problemas entre Troche y el padre del Alacrán no eran un asunto suyo, pero el que hayan tocado a Helene, eso si le era suyo.

    
     Quien demostraba más calma era Ignacio, se preparaba para los mejores lugares y cumplir como franco tirador.
     - Será sencillo, cuando yo termine con mis blancos el camino ya estará limpio y podrán entrar. Como pueda llegaré lo más rápido para apoyar- dijo Ignacio.

     Víctor en quebranto se repetía una y mil veces que todo saldría bien.
   

     En uno de los edificios que daba justo al frente de la embarcación fue el lugar exacto donde Ignacio se colocó, él daría el primer tiro.
     Mientras tanto el equipo rodeó completamente el lugar, siendo las 20:45 de una fría noche de setiembre.
     Raimundo, el buen chofer, estaba listo para recibir a Helene junto con Gustavo, se encontraban a una cuadra del sitio.
    
     El alacrán comenzó a sentir nervios.
     Llegó la hora, eran las 21:00 horas y Gabriel tenía que entregar a Troche.
     Hasta ese momento Helene entendió que no sería un intercambio de dinero por su vida como lo esperaba, más la vida de su padre por la suya.
     J la tomaba de sus brazos muy fuertemente mientras ella trataba soltarse. De pronto vió entrar el auto de su padre.
      Antes de que bajaran, tanto Gabriel como Troche se asustaron en el momento de ver que habían muchos hombres más a la guardia que lo esperado. Ambos bajaron.
     Bajaron con cuatro hombres, uno iba en frente de ellos, otro atrás y dos al costado de ambos.
     Bastó verla, a ella, con una ropa de hombre y la cara descubierta, totalmente desabrigada y descalza, el cabello sobre su rostro y gritando que no.

     - ¡ No! Papá, papá vuelva a casa, estaré bien.
     Gabriel apuró los pasos pero faltaba mucho para llegar a ella.
     J la seguía agarrando fuerte.

    Troche alcanzó a Gabriel y se detuvieron, hubo una gran pausa mientras después de 15 años Troche volvió a mirarlo al rostro, sí, a ese que era un niño, aquel a quien le pidió cerrar los ojos. Ahora era un hombre, de mucho parecido a su padre, con un enorme tatuaje de un alacrán en el cuello.

     El Alacrán disfrutó de ese momento, sintió que al fín había llegado la justicia.
     -La soltaremos en el mismo momento que te aproximes- indicó a Troche.

   Troche tomó un maletín de las manos de uno de los que estaban con él, y abriéndola le pidió que lo arreglen de otro modo; dirigiendo palabra al alacrán. Esto lo enfureció totalmente a lo que agarró a Helene del cabello y ordenó que quitaran de su vista el dinero.
     Helene lloraba y mucho más aún al ver que su padre y tío estaban presenciándolo.

     Su padre no tuvo corazón de seguir viéndola sufrir. Se volteó y apretó fuerte las manos de su primo.
     - Si algo sale mal cuida a mi hija- Gabriel no dió espacio para que Gabriel respondiera y se fue acercando...
 
     Miraba a su hija pidiéndole que por favor no lo haga, recordaba todo en esos lentos pasos, el momento en que supo que sería padre, cuando la cargó en sus brazos, cuando las gemelas llegaron a su vida, sabía que estaba en un momento crítico en el que podía salir perdiéndolo todo.
     Pero a pesar de eso, siempre sereno, firme sin derramar lágrimas.

     Soltaron a Helene que a diferencia de su padre fue corriendo a su encuentro.

  - Papi no lo hagas por favor , por mi por mis hermanitas, qué haremos sin ti- suplicaba y lloraba.

     -Hija perdóname, no olvides que te amo.
     Helene fue retirada por su tío Gabriel que la acurrucó en sus brazos y tan pronto la cubrió con su abrigo.

    
     - Recuerdas que me pediste cerrar los ojos. Yo no le pediré que ella las cierre, ella también sabrá lo que es presenciar la muerte de un padre. Se las razones, la enemistad que tuvieron con mi padre. Pero un hijo nunca odia a su padre, aunque mucho falle, mira como te llora tu hija aún sabiendo que fue lastimada por culpa tuya, aún sabiendo que eres un asesino. No creas que con diez años yo no sentía nada. Me quitaste lo único que tenía y amaba.

     Troche no dijo nada pero seguía mirándolo fijamente.
    
     X, J, Z, y los demás no quitaban el dedo del gatillo asi mismo como los que estaban con Gabriel.

     El alacrán acomodó su arma y a una media diatancia comenzó a apuntarlo. Troche no cerró los ojos, estaba preparado para ser disparado.

     Ignacio suspiró profundo sin moverse marcando a su blanco desde el edificio.

     Raimundo y Gustavo comenzaron a preocuparse, tampoco se oía sonidos de disparos ni algún alboroto.
     - Hijo toma esto y quédate aqui, tengo que ver lo que está pasando no puedo quedarme aquí no te muevas- Raimundo colocó en las manos de Gustavo una pistola por cualquier inoportuno.

     Gustavo ya estaba empapado en lágrimas. Apretó fuerte el arma y miraba por todos lados. Ese momento a solas mientras Raimundo salió reflexionó, recordó el beso, recordó todo lo que había pasado con Helene y estaba muy arrepentido de su indiferencia.

     Recordó lo que platicó con Raimundo mientras esperaban " nunca es tarde hijo, no hay nada que no tenga solución que no sea la muerte" esas palabras de Raimundo le daban algo de esperanzas.


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     En frente a Helene. El Alacrán  soltó el gatillo.

     Helene gritó entre llanto tratando de llegar hasta su padre mientras las demás dos, tres y cinco disparos.
     Los disparos golpearon muy fuerte el pecho de Troche y cayó de inmediato al suelo.

    

    

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