Oculta Realidad

Al Filo de la Salida

Capítulo 6

Determinante vida, tienes una hija llamada destino, y haces que trabaje para ti; mal hecho querido, pero buena jugada para el lio en el que estoy metida.

Después de dejar solo en la cocina a mi supuesto hermano me fui a pensar un rato fuera de la casa, sobre-analizando mi situación y la de los demás.

¿Que como le creí que lo decía era verdad?

Había tenido un entrenamiento sobre cómo sacarle información a alguien y saber si mentía o no.

Todo signo que presentaba alguien que mentía, estoy segura que él no los presento en ningún momento.

Y como lo que dice es verdad me ayudara en mi plan.

Pero hablare con el después de que salgamos de este enredo de ciencia ficción.

Del cual, ya estoy planeando algunas cosas.

Sentada en una pequeña banca para dos personas, a unos metros de la casa en el patio, luces verdes de las lámparas de la calle alumbran la susodicha, curiosa miro al cielo, dos lunas, irónico debería decir, una purpura y la otra blanca, la extraña anatomía de las personas de aquí, no tienen comparación con la galaxia que presencian cada noche.

Siento el caminar de alguien detrás de mí.

—nadie me creería si les dijera que existe más de una luna—el tono brusco que alguna vez escuche, había cambiado a uno de burla, al igual que la vez de la cena.

—Yo que siempre ponía en duda mi cordura pensando que existían otros mundos, criaturas, y especímenes extraños te lo digo, se reirían en tu cara escupiéndote a la vez—musite crédula y escuche como soltaba una pequeña risa.

Se sentó a mi lado y miro a donde yo miraba.

—Gael, después de que te fuiste agrego algunas cosas que te pueden interesar.

—Gristian, hablemos de otra cosa que no sea los problemas en lo que estamos, ¿qué edad tienes?, te ves joven y eres médico, ¿no?

Seguí con mi mirada perdida en aquella deslumbrante imagen de cielo nocturno.

Eso era algo normal en mí, hasta en casa apreciaba siempre que podía la aurora boreal, era mi prueba de que existía algo más mágico, que mafioso en mis días.

—tengo veinticinco años, y soy médico militar, no a tiempo completo, pero lo soy.

Interesante, ahora tenía más sentido lo de que supiera defenderse muy bien.

—claro ya entendí como sabes defenderte tan velozmente.

—sí, es don familiar por lo que dijeron allí dentro; eso era lo que te quería explicar.

—entonces, sabias los antecedentes.

—Sabía que eran militares, no protectores de dimensiones, ni nada de eso, de igual forma me hicieron más breve la explicación—se defendió sacudiendo las manos—igual que ya aclare las dudas que tenia de ti, por cierto debería decirte lo que están planeando, y las cosas que dijeron.

También aclare mis dudas la verdad.

Pero sin embargo siento que hay más de esto de las dimensiones, tengo que saber.

Asentí para que hablara y prosiguió—como son seis dimensiones debemos estar preparados, y salir de aquí esta misma noche, las horas en nuestro mundo se distribuyen diferente que aquí, así que creo que mientras nosotros pasamos todo un día aquí, allá tan solo fue una hora.