Entrenada

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                                                                                    Capítulo 3


 20 de octubre de 2018

Bajo las escaleras a mi habitación con mi desayuno en mano, Cali no se ha levantado así que le deje el desayuno hecho y preferí comer en mi habitación con la televisión; ¿y porque dije baje?

La mansión es de cinco pisos solo que dos son subterráneos, digamos así se lo explicare con sencillez:

En la planta de más arriba se encuentra una piscina techada muy actual de hecho.

En la de debajo de esa están dos habitaciones de juego, un pequeño cine y un gimnasio, es como el piso de entretenimiento.

Después de esa la planta de las habitaciones para invitados, ni siquiera sé qué hace ahí, si nunca tenemos visita.

Y la de entrada que es la sala cocina lavandería y más. Ahora lo interesante, las de debajo de la casa que es donde está mi habitación, y la de Cali por supuesto, son del tamaño de un apartamento, porque solo son dos cuartos.

La última es...una sala de práctica.

No me doy cuenta que ya termine de desayunar, pensando en los lugares de mi casa, para apartar la mente de lo hablado anoche con Cali.

No me permito hacerlo.

Abandono la habitación y mientras que estoy en el pasillo escucho movimiento en el piso de abajo y no quiero bajar, pero los sonidos se hacen cada vez más fuertes, indicándome que están deslizando maquinaria pesada, sé que se trata de mi progenitor reacomodando las cosas, e incluyendo más para el entrenamiento, y solo para saber que utilizare esta vez decido averiguar.

Bajo con cautela para que no me escuche y entro por las escaleras de emergencia, es tonto ya que están al lado de las normales pero es como un pasadizo secreto y la única que lo sabe soy yo, debido a mi madre que me indico rincones escondidos en partes de la casa por si pasaba algo, Cali no lo sabe ya que lo tome como una oportunidad de esconderme y relajarme del estrés del bar; me encuentro en las escaleras donde se escucha todo y veo por un cuadro guindado que tienen un espléndido paisaje a la vista del que este en el cuarto, pero es transparente a la mía, como si fuera tal cual ventana.

O una sala de interrogatorio.

Observo los cadáveres de gente atados de los pies arriba y brazos amarrados al igual, siento repugnancia sin siquiera percibir el olor que deben emanar, el tapete de pelea que ya hace tres años no veía, está desplegado, y las más de mil armas rodeando la habitación tan espaciosa.

Navajas, revolvers, metralletas, catanas, bazukas, armas de todo tipo y modelo, me recuerdan a lo antes vivido y que disfrutaba, liberaba y aplaudía, hasta que el propósito de la práctica, salió de la profundidad donde se encontraba, y ese era el de...

—Hallo señora Lanison, le llamaba para informarle que he reacomodado la habitación del bala, y para proponerle que apenas aspen realice sus estudios ella podría...estar quizá un año más haciendo lo que le gusta.

El rostro de aquella mujer que no veía hace más de una década me impacta, a pesar de ya tener una edad de más de cincuenta, su rostro esta igual de...joven, su cabello tal cual el mío de un color chocolate, su nariz recta y perfecta, piel pálida, pero sus ojos son cafés casi negros es seguro por oscuridad que abunda en su ser. Cali se encuentra serio y temeroso a su respuesta, entiendo su miedo a la mujer plasmada en aquella pantalla de laptop, tan calculadora, fría, demente, llena de un pasado al cual le van más de setenta mil muertos y de una belleza que a su edad es totalmente imposible, ni siquiera con Botox.

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