Parte 5

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Cuando pensé que por fin podía relajarme en mi oficina, mi tranquilidad fue invadida por mis hijos mayores; quienes pensaron que con seguir con su actitud prepotencia iban a conseguir lo de siempre, pero ellos no sabían lo que les tenía preparado.

—¿Se puede saber que mierda es lo que te pasa? — Mis hijos entran a mi oficina sin ni siquiera haberse hecho anunciar. Mi hija es lo primero que dice al invadir mi oficina y veo que la secretaria entra detrás de ellos asustada.

—Señorita Madison, lo siento mucho ellos...— Alzo mi mano interrumpiéndola.

—No te preocupes, pero la próxima nadie entra a mi oficina sin ser anunciado — Le digo y ella asiente dándose la vuelta para salir —Ya sabes que hacer ahora — Asiente y sale cerrando la puerta detrás de ella, dejándome sola con mis dos hijos mayores.

—Ahora si ¿Qué decías? — Digo cruzándome las manos y mi hija me mira con ganas de querer golpearme.

—¡¿Estas locas o qué?! ¡Siempre he sabido que eras estúpida, pero no creí para tanto! —Grita paseando por mi oficina mientras mueve sus brazos — ¡Cómo es posible que me hayas hecho quedar mal con mi compromiso! — Zapatea el piso y vuelve a mirarme con furia — ¡Es mejor que vuelvas a tu cueva y te quedes ahí encerrada! — Grita.

—¿Terminaste? — Le pregunto y ella abre sus ojos.

—¿Tu eres la que ya terminaste? — Pregunta mi hijo sentado mientras cruza su pierna entrelazando sus manos como lo hace su padre.

—¿Disculpa? —Pregunto y él sonríe de medio lado.

—¿Ya terminaste con tu teatro? — Vuelve a preguntar — Vamos Gabriela acá todos sabemos que tu no vales nada, siempre has sido insignificante — Sus palabras me afectan, pero no lo demuestro.

—Eso era antes, hijos — Digo recalcando la palabra hijo y ambos hacen una mueca.

—Sabes que jamás te hemos visto como una madre, así que no nos llames hijos — Sonrió levantándome de mi asiento y camino hasta la puerta de entrada, la abro y Carlos hace acto con su presencia.

—Es bueno saberlo — Digo mientras vuelvo a mi asiento y Carlos se pone detrás de mí —¿Escuchaste lo que acaban de decir? — Le pregunto a Carlos.

—Claro que lo escuche — Mis hijos lo miran con rabia — Es más, lo tengo gravado — Sonríe.

—¿Quién es este tipo? ¿Tu amante? — Pregunta Liam.

—Les presento a mi abogado — Le respondo.

—Es bueno que traigas a tu abogado, de paso que se entere que vengo a exigir el derecho de ser el mayor y hacerme de inmediato cargo a lo que me corresponde — Dice mi hijo.

—¿Y según tú que te corresponde? — Él señala a nuestro alrededor.

—Esta empresa y todos los bienes — Sonríe con arrogancia.

—¿Y quién te dijo a ti que podías exigir ese derecho? — Le pregunta Carlos.

—Soy el hijo mayor y soy el sucesor del imperio Madison — Sonrió.

—Estás equivocado cariño — Digo — Tú no eres ni serás el sucesor — Carlos saca unos documentos y se los pasa a mis hijos, ellos lo toman de mala gana y empieza a leerlos.

—No entiendo lo que dice — Mi hija arruga el documento haciéndolo bola y me lo tira encima.

—¡Estas locas! — Grita mi hijo levantándose del asiento.

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora